“Son trabajadores que cumplen una función determinada y que ya las venían haciendo desde hace mucho tiempo como en la López Jordán que están desde hace 13 años. Que hoy queden afuera realmente es una injusticia”, dijo Cabrera. Y agregó: “no son ñoquis”. “Si ellos no cumplieran con su trabajo, las escuelas serían el Campo del Abasto”, ejemplificó.
Más adelante, especuló con que la orden no provino de alguien que se levantó de mala gana un día y decidió los despidos. “Me imagino que el gobernador tiene que saber, que el ministro de Educación como el de Economía tienen que saber esta situación”, dijo.
“Esto se tiene que resolver rápidamente”, indicó Cabrera. En tal sentido, explicó que hubo asambleas en varias escuelas donde trabajan los porteros afectados por el recorte. Y alertó sobre la posibilidad de suspensión de clases y una movilización a la Dirección Departamental de Escuelas.
“Son jefes de familia, tienen responsabilidades; han contraído deudas, tienen obligaciones: cumplen con su trabajo. Tienen que continuar”, dijo el gremialista.
