Entre los familiares que acudieron a la base Almirante Zar, y que presenciarán este lunes el inicio del juicio contra los acusados por esos crímenes, se encontraban Raquel Camps, hija de Adrián Camps; Guido Quieto, hijo de Roberto Quieto y Alicia Bonet, esposa de Rubén Pedro Bonet.
También asistieron Hilda Toschi, esposa de Humberto Toschi; Luisa kohon, hermana de Alfredo Elías kohon; Adriana Del Rey, esposa Alberto Carlos Del Rey y Luis Lea Place, hermano de Clarisa Lea Place y uno de los ex presos del penal de Rawson que no se fugaron, igual que Celedonio Carrizo y Rubén Suárez, entre otros que estuvieron presentes.
Del homenaje participaron Jorge Lewinger, quien integró el grupo de apoyo externo a la fuga, y Fernando Vaca Narvaja, el único sobreviviente entre todos 19 prisioneros que lograron fugarse de la carcel de Rawson y que fue parte del reducido grupo que escapó en un avión rumbo a Chile.
Se encontraban además los subsecretarios nacionales de Derechos Humanos, Luis Alén, y de Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia, Franco Vitali; el ministro de Gobierno y Justicia de Chubut, Javier Touriñán, y Marcelo Duhalde, hermano del fallecido secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.
Tanto en el acto en la base Zar, escenario de los fusilamientos del 22 de agosto de 1972, como en un acto posterior en el viejo aeropuerto de Trelew de homenaje Eduardo Luis Duhalde, el fallecido secretario de Derechos Humanos de la Nación, también participaron Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Abuelas, Familiares de Detenidos Desaparecidos e Hijos.
A estas actividades de la víspera del comienzo del juicio oral y público a los resposables de la Masacre de Trelew, que se desarrollará desde este lunes a las 10 en Rawson, la capital de Chubut, se sumaron activistas de agrupaciones como La Cámpora, el Movimiento Evita, Martín Fierro, Nuevo Encuentro y de organizaciones sindicales, en su mayoría jóvenes.
En los dos actos hablaron familiares, pobladores de Trelew y otras localidades de Chubut que fueron parte del movimiento solidario con los presos políticos a comienzos de los 70 y funcionarios de los gobiernos nacional, provincial y municipal.
Alcia Bonet, que inició juicio a la Armada a la semana siguiente de los fusilamientos, recordó que entonces obtuvo la autopsia que probó el tiro de gracia calibre 45 disparado en la cebza de su esposo, Pedro Bonet, cuando estaba en la enfermería varias horas después de la masacre.
Un total de 19 prisioneros recapturados fueron fusilados alrededor de las 3.30 de la madrugada del 22 de agosto y muchos de ellos recibieron además un disparo de gracia, en el caso de Bonet cerca de las 12.55, cuando fue rematado.
Aún con el tiro de gracia sobrevivieron Alberto Miguel Camps, María Antonia Berger y Ricardo René Haidar -asesinados en hechos posteriores-, pese a que los dejaron desangrar sin atención médica hasta entrada la mañana, cuando otro personal de la Armada los trasladó a Bahía Blanca.
Bonet recordó que los tres declararon «exactamente lo mismo ante el tribunal que los interrogó en la cárcel de Devoto, en octubre de 1972, sobre lo ocurrido en la madrugada de la masacre».
«Estos fusilamientos son un claro precedente del terrorismo de Estado que luego aplicó la última dictadura», añadió Bonet. Subrayó además que organizaron y participaron de la fuga militantes de las organizaciones guerrilleras Far, Montoneros y ERP, que «se unieron y decidieron hacerlo juntos, más allá de las diferencias».
Bonet contó además que solicitó a «todos los presidentes contitucionales» la reapertura de la causa de la Masacre de Trelew pero sólo obtuvo respuesta del ex presidente Néstor Kirchner en el 2005, cuando le aseguró a ella y a la madre de Eduardo Campello: «Haré todo lo que esté a mi alcance para que se concrete».
En otro tramo de su discurso, Bonet reivindicó la figura de Eduardo Luis Duhalde, de quien dijo que, «en todo momento, actuó para que se haga justicia», tanto en entonces, junto a Rodolfo Ortega Peña y otros abogados, como desde la Secretaría de Derechos Humanos.
En la base Zar hablaron además Hilda de Toschi, que reivindicó la «actitud solidaria del pueblo de Trelew en el 72 y ahora», y Raquel Camps, quien remarcó que «en el juicio nos van a tener que ver la cara», en alusión a los asesinos.
También hablaron otros familiares de los asesinados, como Luisa Cohon, y dirigentes de organismo de derechos humanos, entre los cuales Lita Boitano (Familiares de Detenidos y desaparecidos) y Tati Almeida (de Madres-Linea Funadora).
Entre tantos relatos, provocó estremecimiento el de Miguel Marileo, empleado de una funeraria cuando los fusilamientos, que esa madrugada fue llevado por marinos a la base Almirante Zar para poner en cajones los cuerpos de los militantes asesinados.
Marileo, ahora testigo en la causa, recordó sollozando cómo en aquel momento lo amenzaron para que guradara silencio: «Vos no podés hablar, tenés una familia y un chico de dos años», contó que le dijeron para intimidarlo, y añadió: «Ojalá que a estos hijos de perra les den el castigo que se merecen».