“Lo hemos dicho desde Integración como parte de la Minoría en la Comisión Directiva de la Seccional Concordia de AGMER: la descomposición social generada por el neoliberalismo en los 90 como una política que multiplicó desocupación, marginación y la ausencia de una perspectiva de futuro en vastos sectores populares inevitablemente llegó a la escuela porque llegó y desmembró a millones de familias, arrasó con lazos sociales de integración, convivencia y sentido colectivo social. Concordia, con su devastación de fábricas, empresas y puestos de trabajo fue paradigma perfecto de esa política.
Si bien hoy la situación es otra, las secuelas profundas siguen conviviendo con cierta mejora de las condiciones sociales, que lejos de ser las ideales, marcan un contexto diferente.
En principio nuestra solidaridad con las compañeras, nuestros sincero acompañamiento y la necesidad de que el sindicato se plantee un enfoque integral que contribuya a brindar respuestas a mejorar sus condiciones de trabajo. Respuesta que debe ser pedagógica, pero también gremial, social y política.
A las múltiples situaciones de violencia padecidas por las compañeras, que ya vienen trabajando en brindar respuestas desde la escuela, debe ir acompañada de una exigencia al estado en sus distintos niveles y un trabajo institucional en red que contenga al mismo tiempo que resuelva problemáticas de fondo. Se trata del “afuera” con el cual la escuela debe trabajar aunque nunca resolver en sus aspectos estructurales porque eso corresponde a otras esferas del estado como corresponsable de las políticas neoliberales que mencionábamos antes.
Es evidente que programas como la Asignación Universal por Hijo no alcanza por si solo, y debe articular con programas sociales, sanitarios y educativos que promuevan la reconstitución de ese tejido social malogrado.
En tal sentido llamamos la atención sobre la ausencia de un organismo como el COPNAF y otros relacionados con el trabajo social hacia los niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad, marginación y violencia familiar en la reunión citada. A ellos, en conjunto con organizaciones sociales del barrio, de salud y otras, les corresponde trabajar en ese “afuera” de la escuela, sin embargo, insoslayablemente relacionado con ella.
Como sindicato estamos desafiados, sin permitir que el estado delegue en la escuela y en las compañeras funciones que le son indelegables en otras áreas, a elaborar y llevar a la práctica propuestas que contribuyan a una escuela inclusiva, creativa, desestigmatizadora y que transforme formando al sujeto que pueda forjar los cambios estructurales pendientes en nuestro país y en nuestra realidad concreta, en el trabajo de todos los días”.