La lectura de los documentos de cada frente de organizaciones de Derechos Humanos y de agrupamientos políticos, se combina con el desfile de grupos musicales, muestras pictóricas y teatrales. De esta manera el repudio a Dictadura militar va trascendiendo largamente los marcos de una muestra de resistencia popular para ir adquiriendo los contornos de un movimiento cultural.
Los soportes del rechazo
Es indudable que esta proyección que adquiere el repudio al golpe dictatorial es imposible sin el correspondiente engarce con un modelo político que ha rescatado al País de un estado de virtual disgregación. El pueblo, la sociedad pudo hacerse cargo de los tramos lacerantes de su historia cuando sus mejores luchas entraron en sintonía con un gobierno, el de Néstor y Cristina, que se animaron a poner al País sobre sus pies. Pero también es necesario agregar que desde los primeros días del kirchnerismo en el Gobierno, cada paso en el mundo de la economía fue correspondido por medidas de acción política de profundo contenido simbólico. El Presidente Néstor Kirchner ordenando al Jefe del Estado Mayor, General Bendini la bajada del cuadro de los militares genocidas del Colegio Militar, hizo visible para propios y extraños que había un gobierno dispuesto a enfrentar el chantaje de la corporación militar. No conforme con eso, al año siguiente con motivo de declarar Museo de la Memoria al centro de tortura, Escuela Mecánica de la Armada -la ESMA -, el Presidente Kirchner destacó que “… los militares que torturaron y asesinaron compatriotas, son vulgares asesinos”.
Historia e identidad
Esto es, sacar al País del infierno, por un lado, y enfrentar el nudo fuerte de la impunidad anulando las leyes del perdón, constituyen factores fundantes de los nuevos vientos que se viven en la Argentina.
Pero también es necesario agregar que ese vigor echa raíces en una historia que recupera los momentos en que el movimiento popular prefigura este presente. El protagonismo del Estado al recuperar los Fondos de Pensión encuentra una nítida con el peronismo del 45. La decisión de Cristina de instalar la soberanía energética poniendo en la mira la recuperación de YPF para el patrimonio nacional, constituye una medida que relaciona a este gobierno con una corriente histórica sumamente amplia. En esta posición se hacen presente los Gobiernos radicales de Yrigoyen y Alvear, luego los dos gobiernos de Perón, después de nuevo el Radical Arturo Illía y el tercer Gobierno de Perón -para respetar el orden cronológico-. O sea, el protagonismo del Estado en la vida económica, que en mucho constituye un aspecto central del gobierno kirchnerista, cobra fuerza en la historia de los gobiernos con sentido popular. Pero hay otro aspecto que destaca la relación de esta actualidad política con la historia del movimiento popular. Esta apertura política a las mejores tradiciones tiene que ver con que es el movimiento popular ganando la calle el que produce la ruptura con los ajustes neoliberales en las jornadas heroicas del 19 y 20 de diciembre del 2001. En ese sentido los gobiernos tanto de Néstor Kirchner como de Cristina, tienen sus fermentos en ese acontecimiento movilizador del 2001 que a su vez se emparenta con el 17 de octubre de 1945, con el Cordobazo y la resistencia combativa que hizo posible esa primavera política que enmarcó con el 25 de mayo de 1973, con la corta Presidencia del Tío Cámpora.
30.000 compañeros … Presentes
Pero como muchas veces lo señala la compañera Presidenta, la muerte es un hecho irremediable. Ninguna condena por categórica que sea, nos va devolver a los compañeros que ya no están y que fueron muertos tras soportar terribles tormentos. Cada aniversario del Golpe genocida tiene ese costado de dolor inexorable. Pero también tenemos que decir que crece un sentido de libertad cuando vemos que los genocidas marchan hacia la cárcel, muchos de ellos a perpetuidad. Nos invade la confianza en el porvenir cuando se afianza una unidad latinoamericana en donde se estrella la prepotencia de Inglaterra. Por qué no destacar que esa unidad latinoamericana frente a la soberanía de Malvinas, sigue la huella que antes, en Mar del Plata del 2005, sepultó el ALCA del Presidente Bush. Ya en estos días y volviendo a las cosas nuestras nos da confianza cuando vemos recuperar la soberanía monetaria con la reforma a la Carta Orgánica del Banco Central. Cuando palpamos en la calle que el ejercicio de los derechos hace aflorar nuevas demandas, entonces se hace posible que el repudio y la indignación frente al genocidio, se puede hacer lugar a la alegría de sentir que los compañeros desaparecidos no cayeron en vano. Que cada uno de esos rostros queridos nos convoca a la responsabilidad y al compromiso con este presente que es necesario afirmar y profundizar.