Oliver aseguró que las conclusiones se sacaron puntualmente con condiciones “muy puntuales del río”. “Lo que se hizo en su momento fue un relevamiento de cómo se hacía la dispersión de la fuente de emisión que en ese caso son los colectores de Concordia y Salto y cómo se va diluyendo y comportando a través de la distancia desde el punto de emisión”, indicó.
El estudio se realiza a través de un modelo matemático unidimensional. “Lo que hace es simular el comportamiento de cómo se dispersa la pluma (emisión de las colectoras) en un medio de agua”, indicó.
La conclusión más importante es la necesidad del tratamiento de los líquidos cloacales de cada uno de los municipios en forma genérica para no afectar la calidad del río Uruguay. “Lo que sabemos es que cada vez que emitimos líquidos cloacales al río en forma cruda tiene afectaciones genéricamente y puede llegar a algún tipo de playa. No digo que todas las playas de Colón están contaminadas pero tampoco tengo datos, tampoco de San José”, señaló Oliver.
El docente aseguró que en la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay) hay un compromiso de los intendentes de las ciudades ribereñas de construir plantas de tratamiento. “El tema generalmente es el problema del financiamiento para emprender semejantes obras por los caudales que se manejan sobretodo en ciudades consideradas grandes como Concordia o Salto”, precisó. Y si bien las autoridades nacionales de ambos países están comprometidas con la cuestión, la situación financiera internacional no ayuda.
Volviendo a las cuestiones ambientales, Oliver aseguró que naturalmente el río se autodepura cuando se arrojan cargas orgánicas en él. “Porque tiene una vida media muy perentoria de siete horas, de 15 horas: estamos hablando de una carga bacteriana”, manifestó. El problema radica en que la acumulaciñon de materia orgánica puede genera nutrientes que lleven a la proliferación de algas. “Estos nutrientes tanto el nitrógenos como el fósforo y en algunos casos azufre hace que prolifere sobretodo en este época”, señaló.
Las algas no solo se observan en los Lagos, como el de Salto Grande, sino también aguas abajo. “Ayer y hoy en Concepción del Uruguay todas las playas estaban con una densidad que hacían del agua no apta para el consumo. Había un verdín muy importante. Es una cosa preocupante no sólo desde el punto de vista del bañista sino de los organismos que toman agua del río para el tratamiento y el consumo humano”, precisó.