Para Marzano, la menor por ser pobre no tiene acceso a la información. “Cualquier adolescente de Entre Ríos que tiene acceso a Internet, que tiene dinero para ir a una médica privada o algo de contacto con el movimiento feminista seguramente va a tener la información sobre ese medicamento. Y ésta niña no. Se victimiza nuevamente a ella y a su familia”, dijo.
La tarea de la ONG es dar información acerca del misprostol. “Se utiliza en todo el mundo para hacer abortos”, dijo Marzano. En Argentina al medicamento se lo conoce con el nombre de Oxaprost. La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda su utilización hasta la semana 12 del embarazo para abortar en la casa sin necesidad de intervención médica.
Para la OMS, se trata de un medicamento esencial. Esto significa para Marzano que debería estar disponible en todos los centros de salud y en los hospitales del país en forma gratuita. Incluso que se debería fabricar en los laboratorios estatales. De hecho en los nosocomios está porque se utiliza para los abortos no punibles. “Nosotros damos por teléfono información sobre como se usa. Ya le hemos dado información a más de 12.000 mujeres en toda la Argentina y desde el año 2009 que estamos funcionando”, dijo. “Nosotros lo que hacemos es democratizar el acceso a la información. Es una información que está encriptada en manuales médicos”, señaló.
El Oxaprost no es de venta libre y la única forma de obtenerlo en Argentina es con receta. “Las mujeres tienen que ir a un médico a que se los recete”, dijo. En las farmacias se los comercializa para protector gástrico, al igual que las aspirinetas, fabricadas para los niños pero también es recetada para el corazón.
“Todo lo que querés saber sobre como hacerse un aborto con pastillas” es un manual que fue ideado por la ONG que ya tuvo 10.000 descargas directas por Internet y se han distribuido miles de copias escritas. Sólo en el Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Paraná se distribuyeron más de 3.000 copias.
Para Marzano, la familia de la menor de General Campos podía haber adoptado una decisión evitando todo el circuito hospitalario. “Generalmente sólo ha resultado un circuito de tortura y no de salud. La penalización del aborto significa sostener un sistema de impunidad que permite a un montón de sujetos como el director de este hospital (Orlando Elordi) a ejercer un poder arbitrario e impostado sobre la vida y la salud de las mujeres. Es una práctica sistemática en muchas provincias”, agregó.