El legado

Ese inmenso ser humano que parió al Grupo Mente de Concordia, y al que la ciudad algún día, cuando las sonrisas de plástico que lo palmeaban como un bicho pintoresco ya no estén y los prejuicios sucumban frente a su legado, le tributará su merecido homenaje. Es que el gordo molestó siempre. En los 70 molestaba con su irreverencia, con su pelo y su barba. En los 80 con su teatro, con su movida social, en los 90 además fue funcionario y también molestó. Es que es propio del arte y del artista el molestar. El arte que trasciende molesta porque induce cambios, y cualquier cambio genera resistencias. Por supuesto que también generó admiración y adhesiones y fueron tantas y tantos que aunque Carlos ya no está su legado permanece. Hace apenas unos días Concordia pudo ver en varias puestas (La isla Desierta, Incendio en el Bosque de Canela, la conmovedora presentación del Sapo Trío) como esa llama no se extingue sino que pareciera que vibra con mayor fuerza. El legado de Carlos Miggoni no sólo son sus obras, su impronta como maestro, su manía de molestar revisando la ética y la estética de su tiempo, ni siquiera el amor y la devoción de los que tuvimos la suerte de aprender con él y compartir su amistad. Su legado son esas decenas de herederos que militan en el arte y que hoy, más que nunca están listos para saltar al escenario a decir su verdad y a demostrar que Mente vive y late en ellos. Y que como decía el gordo: “mientras haya un solo mente en pié, el teatro estará protegido” ¡¡Adelante!! ¡¡ A seguir revolucionando la vida!! ¡Feliz Aniversario Carlitos! ¡Felices cuarenta años Grupo Mente!

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