El proceso de conformación de la Uader comenzó en 2001, durante el gobierno del recientemente fallecido Sergio Montiel, a partir del traslado de los docentes de los profesorados terciarios. “Esa estructura pasa a conformar la universidad. Eso trajo bastantes conflictos sobre todo a los docentes que tienen que ser transferidos de una institución a la otra con cátedras que no existían. El docente tenía que venir a dar una cátedra que desconocía”, dijo Maradei.
El conflicto proceso finalizó parcialmente cuando la Provincia intervino la Uader. A partir de allí, las autoridades de la universidad eran designadas por el Ejecutivo, “sin ningún tipo de injerencia de los demás actores universitarios”, acotó el representante de los graduados en la agrupación. No obstante, con el correr del tiempo se fueron conformando consejos que les daban cierta participación a los alumnos y docentes aunque no eran decisorios sino consultivos. “La última voz era la del rector y, en última instancia, el gobernador”, afirmó.
Posteriormente comenzó el proceso de normalización, instancia en la que intervienen el ministerio de Educación de la Nación y la Coneau (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria). “Ahora estamos en la etapa final de la normalización, llegando a las elecciones que por primera vez son electivas. Esto quiere decir que vamos a elegir las autoridades por primera vez y vamos a dejar de depender políticamente del gobierno provincial y también económicamente. El presupuesto de la Uader va a empezar a venir desde la Nación: es un logro que va a significar que todas nuestras sedes crezcan, se desarrollen”, dijo Maradei.
El candidato por el claustro de graduados recordó que hace algunos años se apostaba a que la universidad se cayera. “Estoy hablando de sectores privados de la educación que están con la servilleta al cuello y los cubiertos esperando que se caiga lo público para avanzar con propuestas privadas”, señaló.
En tal sentido, dijo que el haber llegado a esta instancia es un logro histórico. “La Uader es popular por dos factores: porque hay estudiantes que vienen de todo el interior porque no pueden ir a otras a Rosario o Buenos Aires o apuestan a quedarse en su provincia, incluso en su ciudad y por el otro lado por las luchas que se han dado para conservarla como bastión de lo público. Tenemos que defender esto con uñas y dientes. Es un recurso estratégico para que la provincia crezca cada vez más”, añadió.
Por su parte, Aimé Flores, candidata de la agrupación a consejera estudiantil, aseguró que en Humanidades hay cuatro listas diferentes a diferencia de otras facultades donde hay lista única. “Nosotros tenemos la perspectiva de construir una universidad de calidad y al servicio de las necesidades de la región”, señaló.
En tanto, Lila Santich, también candidata de la agrupación por el mismo claustro, dijo que la sede de Concordia es muy pequeña en cuanto al alumnado. Aquí se pueden cursar dos carreras: acompañante terapéutico y acompañante psico-gerontológico. “Son dos carreras muy relacionadas con el tema salud comunitaria”, señaló. “Para nosotros el tener acceso a las discusiones en los claustros estudiantiles es muy importante porque podemos llegar a discutir que perfil de graduado vamos a llegar a tener. Un perfil de graduado con los mayores adelantos dentro de lo tecnológico y de la ciencia pero fundamentalmente al servicio de la comunidad”, indicó.
Asimismo recordó que se pensaba que cuando se fuese Montiel del gobierno se terminaba la universidad. No fue lo que sucedió. “El equipo humano fue aportando, viendo la necesidad de ser una universidad no de elite sino popular con la posibilidad de que la gente de la provincia pueda acceder a una carrera universitaria. Es muy importante que jóvenes de 17 o 18 años puedan acceder a una carrera universitaria con todo lo elitista que ha sido en este país eso”, expresó.
