«Es innegable que la situación económica de nuestro país ha mejorado considerablemente debido a los muy buenos precios internacionales de lo que producimos y de la mano de ese mejoramiento gran parte de la población ha elevado su status de vida a niveles nunca antes alcanzados.
Pero también se puede apreciar que este crecimiento económico ha vuelto a los ciudadanos materialistas, frívolos, consumistas, privilegiando el poder del dinero por sobre los valores, considerando exitoso solo a aquel que tiene y no al que es, a los que pueden adquirir lo último en tecnología, el último automóvil, o las últimas zapatillas.
Gracias al fabuloso ingreso de dinero en las arcas del estado, el gobierno ha podido llevar adelante proyectos de la oposición como lo es la asignación universal por hijo, pero implementado solo como un subsidio, carente de todo contenido educativo serio.
Creemos que ha llegado del momento de poner el esfuerzo en lograr un verdadero cambio social, que sin descuidar el aspecto económico, tenga a la EDUCACION, como objetivo principal. Hablamos de la educación en el sentido más amplio de la palabra, que no quede resumida al ámbito escolar y a la niñez o adolescencia, sino a la educación en todos los aspectos de la vida: a saber cuales son nuestros derechos, pero también nuestras obligaciones, a priorizar las necesidades, a tener hábitos de higiene personal y urbana, a prevenir las enfermedades, a la importancia de aprender para poder valerse por sí mismo en la vida, a ser personas dignas y honorables.
Para lograr estos objetivos es necesario contar con funcionarios y empleados comprometidos, preparados y capacitados en estos temas.- Pero no solo eso: deben utilizarse todos los medios posibles de la misma forma, con la misma intensidad y ganas con las que son utilizados para las campañas políticas.
“Triste condición seria la de un país, si su prosperidad hubiera de consistir en el fomento de sus intereses materiales. El progreso está preferentemente constituido por las fuerzas morales. Las sociedades no avanzan con paso firme cuando los gobiernos no se inspiran en tan elevados conceptos; la prosperidad material que alcanzan está de antemano condenada a desaparecer en la disipación.
Las fuerzas morales desarrolladas concurren a caracterizar la personalidad social, forman barreras de defensa contra los atentados y las arbitrariedades de los gobiernos y permiten levantar, sobre las bases de una sólida fraternidad de voluntades, la grandeza colectiva».
(Manifesto del Comité Nacional de la UCR del 13 de mayo de 1905)