Tal como se han dado los acontecimientos resulta hasta irrisorio sentarse un día cualquiera a leer el contenido de ese tan polémico capitulo del apóstol Mateo, que –para ser entendido fielmente- debe leerse dese el primer versículo hasta el último. Pero antes de su análisis –el que haremos con las herramientas intelectuales de un simple mortal, y sin las necesidades políticas de ocultar errores históricos y acciones de una institución cada vez más contradictoria con el mensaje de su Mesías- repasemos los hechos que hicieron de este sermón tema que vale la pena ser discutido.
Según consta en la denuncia efectuada por Rita Arcusin, el sábado pasado, la denunciante afirma haber escuchado los siguientes cometarios de boca del padre Belli:
1 “Los judíos no aceptaron a Jesús cómo su mesías”
2 “son tan mentirosos que tienen el alma podrida hasta los huesos”
Por su parte el cura Oscar “cachito” Belli, respondió a esta acusación, en una escrito formal presentado ante el Delegado de Derechos Humanos de Concordia, en el que señala que Arcusin no llegó a oír la homilía, que es en efecto la interpretación y adaptación que el sacerdote hace de la lectura bíblica, sino que –siempre según los dichos de Belli- la mujer solo oyó un pasaje de Mateo 23, que se reduce al versículo 27 de ese capítulo.
El mismo reza: “¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que son semejantes a sepulcros blanqueados! Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia”. A esto cabe aclarar que la traducción que Belli señala en su descargo, finaliza con la frase “toda clase de podredumbres” en lugar de “toda inmundicia”.
Más abajo en su descargo el sacerdote señala: “Luego de referirme al texto bíblico, como es costumbre sacerdotal, procedo a explica dichas palabras dentro del contexto actual de vida” y en este aspecto, interpreta Belli que “Aquellas palabras bíblicas refieren a un sector del pueblo judío que no aceptaba a Jesús (Los Fariseos)”
Sólo con estos datos, independientemente de que la denunciante haya o no oído la homilía, las aclaraciones del sacerdote en la presentación ante DD. HH. es lo suficientemente distorsiva como para generar por sí sola la confusión de cualquier mortal que no hubiere leído el capitulo completo al que se refiere o si lo hubiera hecho a partir del versículo en cuestión obviando los anteriores.
Cuando el cura dice “Aquellas palabras bíblicas refieren a un sector del pueblo judío que no aceptaba a Jesús (Los Fariseos)” no falta a la verdad en forma categórica, porque en ese pasaje en efecto, Jesús está hablando de los fariseos, pero sí cabe aclarar que la omisión de otras explicaciones al respecto necesarias, hace a la malinterpretación del verso.
Es cierto también que es un hecho conocido que los fariseos, (que ostentaban el poder de “conocer la verdad revelada mejor que nadie” en esos tiempos, no aceptaban a Jesús como su mesías” y leyendo un par de versículos más adelante del 29 al 33, Jesús dice: 29 «¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Porque edifican los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos, 30 y dicen: ‘Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en derramar la sangre de los profetas.’ 31 «Así que dan testimonio en contra de ustedes mismos, que son hijos de los que asesinaron a los profetas. 32 «¡Llenen, pues, la medida de la culpa (pecado) de sus padres (terminen, pues, su pecado)! 33 «¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparán del juicio del infierno?
Si analizáramos estos versículos con las explicaciones dadas por el padre Belli sobre “a que se refiere Jesús con Los Fariseos” el terrible resultado (por supuesto erróneo) sería que Jesús aborrecía a los Fariseos y a toda su descendencia, a quienes carga además las culpas de sus ancestros por haber matado a los profetas.
Pensémoslo un poco, si solo oyéramos esos veros, y esa mala explicación, entenderíamos, o mejor dicho malentenderíamos, que el Judaísmo actual (herederos de “los que no aceptaron a Jesús”) son pecadores de nacimiento, y son –según esta herrada interpretación- “ Similares a sepulcros blanqueados! Por fuera hermosos, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia”.
Sumémosle a Esto el conocimiento general de que el pueblo judío pidió a Poncio Pilatos la libertad de Barrabas en vez de la de Jesús, y que cuando Pilatos se lavó las manos la multitud dijo (supuestamente según la biblia): “Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros descendientes”.
El panorama es cada vez peor, no hay duda de que si solo se leen pasajes aislados, y si no se hacen las aclaraciones correspondientes, la interpretación es peligrosísima.
A Propósito del revuelo que esta denuncia generó, Fernando Kohon, presidente de la asociación Unión Israelita de Concordia dijo a DIARIOJUNIO que “hemos tenido una charla con el obispo Collazuol, y le trasmitimos que lo que nosotros creemos es que si hubo una mala interpretación esto se diga, o si hubo animosidad considero que no hubo de ningún lado; y que si este pasaje puede llegar a ser ofensivo para alguna comunidad en especial, en los concilios que hizo el Papa anterior (Juan Pablo II), tanto en el Vaticano, como en su visita que hizo a Jerusalén ha hecho un mea culpa respecto del tema, e identificó como hermanos mayores a la comunidad judía toda en general, por lo tanto considero que este tema se debe terminar de la mejor forma, hermanados como corresponde a los hombres de bien, se debe tratar de acordar para que nada de lo que se diga, menos en base a textos antiguos, ofenda al prójimo” acentuò.
Pero no os preocupéis, que todo esto no es más que un malentendido muy pero muy desagradable, que se origina por la falta de varios versículos de este capítulo, y por la falta de varias aclaraciones necesarias, indispensables, que el clérigo, debería hacer, aunque, comúnmente esto no ocurre.
¿Pero por que no ocurre?
Porque desde el versículo 1° al 27 de Mateo 23, Jesús describe una por una, las actitudes que tanto le molestan de los fariseos; y esas actitudes son, casualmente, muchas de las que aún conserva la cúpula de la Iglesia Católica; los obispos, los cardenales, el Papa.
Jesús dice, según Mateo 23, versículo 1° al 27, lo siguiente:
“1 Entonces Jesús habló a la muchedumbre y a Sus discípulos: 2 «Los escribas y los Fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. 3 «De modo que hagan y observen todo lo que les digan; pero no hagan conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen. 4 «Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. 5 «Sino que hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; pues agrandan sus distintivos religiosos (¿Cruces, anillos de oro, bonetes?) y alargan los adornos de sus mantos. 6 «Aman el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas (o iglesias), 7 y los saludos respetuosos en las plazas y ser llamados por los hombres Rabí (Maestro) (o porque no Padre, Monseñor, sumo pontífice, Etc). 8 «Pero ustedes no dejen que los llamen Rabí; porque Uno es su Maestro y todos ustedes son hermanos. 9 «Y no llamen a nadie padre suyo en la tierra, porque Uno es su Padre, el que está en los cielos. 10 «Ni dejen que los llamen preceptores; porque Uno es su Preceptor, Cristo. 11 «Pero el mayor de ustedes será su servidor. 12 «Y cualquiera que se engrandece, será humillado, y cualquiera que se humille, será engrandecido”.
Y es entonces, y solo entonces, que Jesús dice:
13 «Pero, ¡ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que cierran el reino de los cielos delante de los hombres! Porque ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que están entrando.14 «¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas, que devoran las casas de las viudas, aun cuando por pretexto hacen largas oraciones! Por eso recibirán mayor condenación.
15 «¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas, que recorren el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacen hijo del infierno dos veces más que ustedes!
(…)
25 «¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas, que limpian el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno! 26 «¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que lo de afuera también quede limpio.
27 «¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que son semejantes a sepulcros blanqueados! Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 «Así también ustedes, por fuera parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.”
¿Qué es lo que estaba explicando Jesús? ¿Qué es lo que tanto aborrecía de los fariseos?
Claro está que no los odiaba por ser solamente Escribas y Fariseos, aunque quedan serias dudas de su magnificencia toda vez que penaliza a los hijos por las culpas de sus padres. Pero el tema de fondo, lo que realmente aborrece Jesús, son las actitudes de esos Fariseos, y no es porque no lo aceptaran como su mesías. La explicación correcta, la que debe hacer tras la lectura de este pasaje, debiera ser que los Fariseos, eran el sector de la ortodoxia religiosa, los hombres que gozaban de mayor poder y prestigio dentro del judaísmo, y de toda clase de beneficios y atenciones. Sumado a ellos los escribas, eran una clase social que gozaba de prestigio porque eran los que sabían escribir y llevaban las tareas administrativas de los señores poderosos.
En otras palabras, cuando Jesús habla de tumbas y podredumbre, no habla del pueblo judío, habla de aquellos que habiendo alcanzado un espacio de poder, religioso o político, se hacen llamar maestro, y pregonan y exigen a los demás lo que ellos mismos no cumplen.
Al que le quepa el sayo que se lo ponga.
Tras consultar a varios vecinos, no hemos logrado determinar objetivamente como fue el sermón en cuestión, cuáles fueron las “explicaciones” dadas por el sacerdote denunciado (excepto las que èl mismo señala en su descargo ante el delegado de Derechos humanos), pero, ampliando el paraguas, y remitiéndome a mis experiencias de catequesis, es que puedo afirmar que las “aclaraciones” e “interpretaciones” que suelen hacer los hombres del clero, no contemplan por lo general críticas hacia la propia iglesia ni sus superiores, claro que hay excepciones, y esas excepciones se pagan caras, porque a menudo estos sacerdotes, algunos de los cueles se orientan en el movimiento del tercer mundo, terminan siendo trasladados a comunidades perdidas en el desierto, el monte, o la puna, pero lejos de los grandes medios masivos de difusión donde sus ideas puedan hallar reverberancia.
En el Nombre del Padre, es que contradicen al hijo. Y en el nombre del padre, es que se llenan de honores y beneficios, y rituales absurdos como los de besar un anillo, de rodillas. Son los religiosos de la iglesia católica, los que representan hoy a los fariseos que Jesús criticaba en Mateo 23,27. Lo único que hacia falta es comprenderlo y para ello era necesario saber quienes fueron los fariseos y era necesario leer el texto en su plenitud, cosa que tampoco es costumbre de las guías para misa.
Dudo que el presbítero Oscar Belli, haya tenido intenciones de discriminar a una comunidad por sus creencias religiosas, o de incitar el odio hacia ella, pero sin duda, el Vaticano es a las “santas escrituras” lo que Mitre fue a la Historia Argentina.
Y tal vez José Maria La Rosa haya sido nuestro Martín Luthero.
