«A fines de 2009, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner introdujo la Asignación Universal por Hijo que ahora entrega 220 pesos mensuales por cada hijo menor de 18 años, hasta un máximo de cinco hijos, a los padres que estén desempleados o en el sector informal de la economía», reseña el artículo.
En el caso de niños discapacitados, la asignación mensual se cuadruplica. La AUH se extendió posteriormente a los hijos del personal doméstico, a las mujeres embarazadas y a los socios de menores recursos de las cooperativas.
La transferencia en efectivo, que ahora es recibida por las familias de más de 3,6 millones de niños y adolescentes, está condicionada a la asistencia a la escuela y a mantener actualizadas la aplicación de vacunas y los controles de salud.
Pero el impacto no solamente es sentido en el seno de las familias que han sido ayudadas a salir de la pobreza gracias al cobro mensual en efectivo, que se suma a lo que pueden recibir trabajando.
Los efectos también se han sentido en las escuelas, especialmente en el ciclo primario, en el que la AUH provocó un aumento muy importante en la matriculación de alumnos.
La visión local (nivel primario)
Entrevistada por el medio, Graciela Dulcich, directora de la escuela primaria Nro. 34 de San Isidro, manifestó: «Una vez que los chicos están en la escuela, la responsabilidad es nuestra. Y si faltan a clases por más de tres días, nosotros tenemos que mover cielo y tierra para averiguar qué es lo que está pasando y hacer que empiecen a asistir de nuevo».
Por otro lado, The Guardian menciona que, según estudios independientes, la Asignación Universal «bajó drásticamente -entre un 55% y un 70%- la extrema pobreza».
La publicación inglesa destaca además que «el impacto de la Asignación Universal no sólo se sintió en familias humildes, sino que los efectos se sintieron en escuelas, especialmente en nivel primario».
Dulcich explicó: «Nosotros hacemos todo tipo de cosas para que los chicos asistan a clase. Desde alentar y aplaudir todos los días a aquellos niños que asisten, hasta llamar por teléfono o, incluso, visitar las casas de los que no concurren».
La visión local (nivel secundario)
The Guardian resalta en el artículo que el «desafío es la escuela secundaria». Porque, indican, «ha sido más difícil lograr la asistencia a través de la Asignación Universal».
Desde la Fundación Cimientos (Fundación para la Igualdad de Oportunidades Educativas) Jessica Malegarie, consultada por el periódico inglés, aseguró que la Asignación «ayuda pero no resuelve los problemas de la escuela secundaria».
Sin embargo, sigue el texto, «la estructura de la escuela secundaria, donde hay diferentes profesores para cada alumno, que, además, enseñan en más de un establecimiento, significa una relación menos personal con cada estudiante. Este y otros factores atentan contra la asistencia regular a clase, dice Malegarie.