El salario y la distribución de la riqueza

El masivo respaldo ciudadano a la presidente Cristina Kirchner en las primarias recientes, demuestra que la mayoría entiende que una sociedad más justa, equitativa e inclusiva es posible, y se expresa en las políticas sociales y fundamentalmente económicas que se impulsan desde hace ocho años, lo cual pone en evidencia la complacencia de una mayoría de la sociedad, que valora el modelo de reindustrialización y creación de empleos. Durante estos años, una amplísima franja de la sociedad tiene acceso al consumo y se siente incluida en el sistema económico. En el acumulado de 2002 a 2011, el consumo masivo creció 70% y, en ese mismo período el PIB aumentó 84%, mientras el desempleo bajó del 20 al 7%.
En efecto, la gente tiene más trabajo, consume más y no deja de recordar el pasado reciente. La principal variable para entender este proceso no solo ha sido el empleo, sino también el salario, que ha sido dinamizador del mercado interno, pilar donde se asienta del modelo económico. De hecho, el titular de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren, valoró la continuidad de esta política económica y celebró que «el apoyo que tuvo en las elecciones primarias el actual gobierno siga permitiendo que está política de estado de defensa de la industria no se detenga».

Según el CEPAL, el salario mínimo y el medio en nuestro país es el más alto de la región. Lo que apunta la CEPAL derrumba el argumento que imperó durante tres décadas, en que el futuro económico del país dependía de bajos salarios para garantizar la competitividad de la economía. Esto se debe gran parte a la recuperación del Consejo del Salario y a las paritarias como instrumento de discusión.

Hoy comienza una nueva discusión del salario mínimo. No son pocos los empresarios que vuelven con el recurrente argumento: aumento de salario igual a impacto inflacionario. De acuerdo al Coloquio de IDEA, realizado la semana pasada en Rosario, se expuso que el problema no era ya que los salarios crecieran por encima de la inflación, sino que lo hicieran por sobre la productividad de las empresas.
En realidad, cuando el salario del trabajador aumenta más que la productividad, se esta distribuyendo riqueza. Esto se ha dado en tiempos históricos, donde fueron de la mano: crecimiento industrial, desarrollo tecnológico y crecimiento de la economía en general como lo es hoy.
Cuando se dio esto, quedo demostrado claramente que los trabajadores pueden hacerse de la mitad de la riqueza nacional sin que ello implique un impedimento para el crecimiento de la actividad privada.

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