Según pudo confirmar este medio, los dos empresarios bonaerenses llegaron a Concordia en un Volkswagen Bora, y en un Honda Civic, y trajeron consigo un camión contratado para el flete, que dejaron apostado en una estación de servicio.
La mercadería ofrecida, eran 300 cajones de pollos a $160 C/U, equivalente a $48.000 que les habían ofrecido como un excedente de campaña política, sin factura y a bajo costo. La mujer que los había contactado dijo que era secretaria de un contador de la municipalidad y que los esperaba en el primer piso del edificio municipal, donde les pidió el dinero, pero estos al no ver la mercadería desconfiaron.
La Policía no tardó en contactar a los dos potenciales clientes, que puestos al corriente de la operatoria delictiva, no concretaron el pago de la seña exigido.
Según informaron fuentes policiales, la sospechosa de este hecho, es la misma que fuera identificada ayer, en el trajín de otra estafa similar, donde el cebo eran 400 chapas acanaladas que tampoco existían, y que meses atrás, habría sido participe del embauco a otro empresario foráneo con el cuento de los huevos de codorniz.
Siempre, utilizando el edificio Municipal, ideal por sus múltiples accesos y salidas de emergencia, para desaparecer con el dinero.
Con estos casos, Concordia cada vez está más cerca de convertirse –si no lo es ya- en La Meca de los empresarios propensos a caer en este tipo de tretas, que cuentan para su éxito, con la mala fé de los compradores, que esperan obtener beneficios de un supuesto caso de corrupción estatal, que en efecto no es más que una fábula para quitarles dinero.
