Omar, uno de los taxistas de la Terminal, explicó al finalizar la sesión que el porcentaje de aumento que estudian los ediles no es de un 25 %. En realidad, ese porcentaje es real pero tomando en cuenta únicamente la bajada de bandera que subirá de $ 4 a $ 5. Pero los trabajadores expresaron que se debe analizar el viaje en su totalidad. Lógicamente, en un viaje largo se diluye. “Es un 10 % en un viaje de $ 9, $ 10 que son la mayoría”, acotó. “Es una risa dar en un año un 10 %”, expresó.
Por lo tanto, reclamaron que también aumente el valor de la cuadra. “Que se aumente la ficha en el mismo porcentual para que al final del viaje el porcentaje sea de un 20, un 22, un 25 %”, dijo Omar.
En tal sentido, el trabajador pidió dejar de lado los aumentos de batería, combustible y cubiertas. “Que sólo se tenga en cuenta el costo de vida”. Sostuvo que aumentar en esa proporción generará cierta resistencia en los usuarios en un primer momento. “Pero no dura más de una semana, después no se habla más y todo el mundo acepta perfectamente porque es el porcentaje que aumenta el costo de vida de toda la gente. Lo mismo que le aumenta al camionero, al carnicero, al empleado público, al policía”, argumentó.
Además valoró que el presidente del Concejo, Mariano Giampaolo, haya hablado por primera vez directamente con los propietarios de los autos. “Son los que están el día entero arriba del volante”, expresó. El titular del Concejo les dijo que siempre veía las mismas “caritas” en las reuniones, en referencia a los propietarios de las agencias de remises. Omar expresó que los dueños de las remiserías que sólo quieren incrementar el costo de la base mediante la suba de la tarifa. “Para ellos la base que suba un 10 % es muy importante porque si están cobrando $ 30, se le va a $ 33 y multiplíquelo por la cantidad de vehículos”, señaló.
El pedido ya tiene despacho favorable y debe tratarse el próximo martes. Como ningún integrante pidió el tratamiento sobre tablas, el tema quedó para el jueves 9. Giampaolo admitió que la intención en realidad era tratarlo hoy. Pero para pedir el tratamiento sobre tablas se necesitaban ocho votos y no había tantos ediles con ánimos de levantar la mano para debatir la cuestión.
Es más, de haberse tratado hoy, probablemente el incremento que se hubiese plasmado en la tarifa no es el que los trabajadores exigen. “La mayoría de los concejales están consustanciados en minimizar al máximo posible la actualización porque pegamos en el bolsillo de los usuarios que para algunos sectores es indispensable”, indicó Giampaolo.
Los taxistas y remiseros observaron en silencio el desarrollo de la sesión desde la bandeja superior del recinto. “No hubo ningún problema, nadie vino a patotear, sino a escuchar nomás”, dijo el taxista. El comportamiento fue destacado en comparación con otras sesiones donde se definían cuestiones relacionadas al transporte público, como los colectivos, donde el abucheo, el insulto y hasta el apriete eran moneda corriente.
“Nosotros venimos una vez al año a pedir un aumento porque ha subido todo, no alcanza para nada. El asunto de las baterías lo dejamos aparte; nosotros estamos diciendo que vas a comprar un kilo de carne y no alcanza”, dijo Guillermo, uno de los conductores de remisse que se dieron cita esta mañana.
El martes no sólo discutirán la tarifa sino que además los trabajadores del volante quieren discutir las medidas de control sobre los remises “truchos”. “Si no existieran se mejoraría de alguna forma la recaudación sin llegar a un aumento de tarifas”, señaló Giampaolo. La otra cuestión que se abordará es la restricción de nuevas habilitaciones. “A los propietarios de agencias les sirve sumar más y más autos pero la sumatoria indiscriminada termina haciendo no rentable el servicio. Ésta también es una variable que podemos conversar con los propietarios”, añadió el titular del Concejo.