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Monotributo Social: El primer escalón de la inclusión

Un viejo adagio asevera: “El trabajo dignifica” y, como toda verdad popular, dudosamente se pueda discutir. Las personas en situación de vulnerabilidad social y económica, también conocedoras de estas verdades, buscan a través de pequeños emprendimientos de autoempleo el lugar que la sociedad les niega. No obstante, la exclusión del sistema formal de trabajo los deja sin jubilación, sin obra social y sin la posibilidad de participar de los canales comerciales legales.
Es en este contexto que el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación impulsa el denominado Monotributo Social como otro de los mecanismos en el otorgamiento de los derechos propios del mundo del trabajo. “El monotributo social es el primer paso para la inclusión social”, afirma la ministra Alicia Kirchner.
Esta categoría tributaria permanente permite a los trabajadores acceder al sistema previsional e impositivo, con todos los beneficios que ello implica. Claudia Bernazza, Directora Nacional de Fomento del Monotributo Social, entrevistada por Miradas al Sur sostuvo: “Para el Gobierno Nacional, la principal herramienta de inclusión social es el trabajo. Con el monotributo social damos la bienvenida a personas que iban a quedar en la informalidad. Esta política da un piso de igualdad al momento de empezar a trabajar. Pone justicia en el trabajo. Es una oportunidad para aquellos emprendedores que comienzan un proyecto sin capital, contando solamente con su mano de obra”.
Es el caso de Antonio, artesano de Río Negro: “Antes, el poder lo tenía el dueño del negocio donde yo vendía mis artesanías. Como no tenía factura, el negociante me hacía esperar, me regateaba el precio y siempre me lo bajaba con la excusa de que él pagaba impuestos y yo no. Ahora llego al negocio, pongo en el mostrador mi catálogo y mi talonario de facturas y el dueño me trata como un igual. Ahora somos pares”.
Un poco de historia. La categoría del monotributo social surge a partir de una iniciativa de modificación de la Ley de Monotributo que la misma Alicia Kirchner, en los tiempos en que era senadora nacional, propuso. En aquel momento pidió crear una categoría para aquellas personas físicas o jurídicas que se encontraran fuera del sistema impositivo y previsional y que, a través del autoempleo, generasen ingresos por debajo de los $24.000 anuales. A fines del 2003, la modificación se hace efectiva y a partir del 2004 toma vigencia. Hoy, 7 años después, el monotributo social suma a más de 400.000 personas. Son principalmente las redes de la economía social y las cooperativas que se encuentran en el programa de ingreso social con trabajo (conocidas como las cooperativas del “Argentina Trabaja”), las que han impulsado este crecimiento.
¿Cómo funciona? El monotributo es una forma simplificada de pago de tres componentes. Con un monto fijo mensual se paga un componente impositivo, otro previsional y la obra social. La particularidad del monotributo social es que recibe múltiples beneficios del Estado Nacional por ser parte estratégica de una política activa para la inclusión social. Por ello se encuentra exenta en el componente impositivo, su componente previsional es subsidiado por el Anses y el componente destinado a la obra social es sustentado en un 50 por ciento por Desarrollo Social. El monotributista social debe, entonces, pagar solamente el 50% restante de la obra social por mes. Son unos 35 pesos si el monotributista no tiene familia a cargo y se multiplica si suma a sus hijos o a su cónyuge. De esa manera accede a una cobertura médica, aporta a su jubilación y está habilitado para emitir facturas. Es importante aclarar que por pertenecer a esta categoría tributaria no se pierde la asignación universal por hijo.
El monotributo social debe ser entendido como el primer escalón de la escalera. Si bien es una categoría permanente, desde Desarrollo Social se impulsa que los productores, al estar contenidos dentro del sistema, puedan avanzar hacia otras categorías del monotributo como traducción de un crecimiento en su trabajo y en su facturación. La propia ministra sostuvo recientemente al respecto que “casi el 5% pidió el pase a una categoría superior. Esto nos demuestra el éxito de esta política pública”.
Otro de los particulares beneficios es que los monotributistas sociales pueden ser proveedores del Estado. A través del portal Argentina Compra (www.argentinacompra.gob.ar) se puede acceder a un buscador de servicios y bienes que estos trabajadores ofrecen. Mediante este buscador, cualquier dependencia del Estado podrá garantizar la transparencia de una compra, eligiendo proveedores entre los monotributistas sociales allí inscriptos.
¿A quiénes beneficia? El monotributo social ha logrado incluir en el mundo del trabajo principalmente a jóvenes y mujeres. “El 35% de los monotributistas sociales tienen entre 18 y 29 años, muchos de los cuales comienzan con su primer trabajo. Se dan considerables casos de pequeños emprendimientos de informática o de artesanato”, agrega Bernazza.
Asimismo, más del 50% de estos monotributistas son mujeres. Muchas que accedieron por primera vez al empleo a partir de las cooperativas creadas por el Programa de Ingreso Social con Trabajo. Otras, aprovechando la oportunidad de hacer los aportes correspondientes y así acceder a una obra social. Es el caso de Eugenia, productora de eventos artísticos, quien sostiene: “Siempre tenía que pedir una factura prestada a alguien cada vez que hacía un trabajo. Ahora tengo mis propias facturas y además obra social, por lo que me siento mucho más protegida.”
La mayoría de los monotributistas sociales pertenecen a la provincia de Buenos Aires, pero es notoria la cantidad de inscriptos al programa de la zona norte del país. Ello se debe a que varias cooperativas de artesanos, guías de turismo, tareferos, yerbateros, talabarteros, ladrilleros, entre muchas otras actividades, han encontrado un espacio para la formalidad en esta categoría tributaria.
En su conjunto son todos emprendedores sociales, personas que generan pequeños proyectos productivos de acotado impacto local, de autoempleo o de pequeñas cooperativas que dan un nuevo impulso a economías de sectores relegados del país; con un marco legal desarrollado a medida empiezan a obtener la igualdad en el ejercicio de derechos que el resto de los trabajadores.
• CARACTERÍSTICAS
Al inscribirse al Monotributo Social una persona podrá:
•Emitir factura oficial (factura de tipo “C”).
•Acceder a una obra social de libre elección.
•Ingresar al sistema previsional.
•Ser proveedores del Estado a través del régimen de compras directas.
•Acceder a otros canales de comercialización (venta
a comercios e instituciones).
•Continuar con el derecho a la Asignación Universal por Hijo. La inscripción se realiza a través del Registro Nacional de Efectores de Desarrollo Local y Economía Social.
Contacto:
25 de Mayo 606
(C1002ABN) Ciudad Autónoma de Buenos Aires
0800-222-3294 / (011) 4316-4949
registroefectores@desarrollosocial.gob.ar
monotributosocial@desarrollosocial.gob.ar
desarrollosocial.gob.ar/monotributosocial/

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