Las marcas comenzaron a aparecer hace unos ocho meses, cuando ya se hablaba de matrimonio igualitario y ley de educación sexual, pero en las últimas semanas, las pintadas comenzaron a multiplicarse. La escuela Normal Mixta, la Técnica Nº 1, la Universidad Tecnológica Nacional, son solo algunos de los escenarios, donde los muros aparecieron “escrachados” con este símbolo. Incluso tampoco se salvaron instituciones religiosas, como la iglesia de la Inmaculada Concepción, en Parque Chiariza.
El movimiento “Cristo Vence” es mucho más que un par de muchachos resentidos por el progreso de los valores republicanos y la democracia, son una organización, abiertamente defensora del Estado teocrático, defensores de la autodenominada “Revolución Libertadora” y de la trilogía –ya institucionalizada en el 76- “Dios Patria y Familia”.
El espíritu propagandista de la organización, no tiene límites, y han llegado a exhibir orgullosos las fotos, relatos de los bombardeos y panfletos de la dictadura de Onganía en su sitio Web: http://lasegundatirania.blogspot.com
“La Segunda Tiranía”, es como los adeptos a esta ideología Teo-política, llaman al segundo mandato de Juan Domingo Perón, un periodo en el que claramente -luego de una serie de diferencias con la iglesia por el avance del partido Demócrata Cristiano en la Argentina- el Gobierno comenzó a renegarle espacios de poder a la Curia.
El Blog cuenta también con una versión en ingles.
“Cristo Vence” ¿Cristo vence?
Cita textual de la revista “Nosotros los muchachos” editada en 1955 tras el bombardeo. Esta editorial forma parte de la bibliografía de cabecera de este grupo según el sitio Web, y la cita que reproducimos a continuación, fue publicada bajo el titulo Cristo Vence en una edicion especial de 1955, aunque también se reproduce textual en la pagina antes mencionada:
“Cada cañón y cada pieza de artillería de las que han actuado en la liberación, llevaba en el desfile la insignia generalizadora de la resistencia católica: Cristo Vence.
Porque esta no ha sido una revolución, sino una liberación, porque esta ha sido una cruzada, no un cuartelazo, porque ha sido un movimiento de hombres libres y no de mercenarios de una ambición; la insignia nos recordaba a la Cruz que dio a Constantino la victoria, y con la victoria, la paz a los cristianos. Esta misma Cruz fue la que inició la Europa Occidental; la misma Cruz que civilizó a los bárbaros, la misma Cruz que trajo España a América, la misma Cruz que dio a nuestros tiempos y a los tiempos viejos cuanto tienen de hidalguía, de virilidad, de reciedumbre, de fortaleza y de rectitud.
Esta Cruz no estaba mal en los cañones, porque sus brazos estaban abiertos para todos, porque si su vertical se erguía como la decisión que da la victoria, su horizontal contenía a todos en una fraternidad cierta y en un futuro hondo.
Esa Cruz de la Victoria es el símbolo definido de la liberación sin odios, de la unión sin pasiones, del futuro sin rencores, de la inspiración cristiana de esta Patria que acoja a hombres de todos los credos, pero no renuncia ni renunciará al suyo”.
Si una reflexión le cabe, a esta confesión de parte, de quienes han apoyado y avalado una masacre, en beneficio de un poder monárquico, una muestra de desprecio por la vida, que –para quien ha leído alguna vez la Biblia- poco y nada tiene que ver con la palabra de Cristo.
Esa reflexión, es también un llamado de atención, hay todavía en Concordia, gente que piensa de esa manera, y que quiere salir a decirlo, que no puede contener su resentimiento, y manifiesta ese odio, contra un Estado democrático y popular. Haciendo propaganda del odio, en las escuelas, en los muros de las propias escuelas, con un emblema que ya no significa nada, porque esta demostrado que Cristo –si es que existe- no venció el 16 de junio de 1955, ni tampoco el 24 de marzo del 76. Los únicos victoriosos en ese entonces, fueron el terror, el dolor y la injusticia.