Los mismos fueron elaborados por la empresa SEI CONTRERAS y profesionales de CAFESG. Candarle adelantó, además, que la apertura de sobres “está prevista para el 8 de junio”, en tanto que el productor Gustavo Cechetto estimó que “en 15 días estaría adjudicada la obra”, luego del proceso de evaluación que llevarían adelanten integrantes del proyecto y profesionales que se contratarán para la ocasión.
Cechetto aclaró también que “el padrón de inscriptos no se ha cerrado” y que permanecerá abierto hasta incluso, algunos días después del lanzamiento de la licitación. Hasta la fecha hay entre 280 y 290 socios, que son los que deberán tener que poner cerca de $ 25.000 cada uno, para completar los $ 7.800.000 que faltan para solventar el emprendimiento. Los otros 7.8 millones los puso el Gobierno Nacional. En tanto, continúan los trabajos de cierre perimetral del predio donde se erigirá la planta, y en estos días se está terminando de colocar el alambrado olímpico correspondiente y la limpieza total del terreno.
El proyecto prevé la producción de jugo concentrado, esencias y pellet (alimento balanceado en base a lo que no se usa de la fruta, como la cáscara) y aunque era un anhelo explicito de productores de la zona desde hace mas de una década, no deja de llamar la atención que, teniendo en cuenta que sólo el Departamento Federación registra una cantidad de productores que superan los 1.600, solo unos 300 decidan participar la iniciativa. La respuesta a este planteo quizás esté en las declaraciones que el año pasado el intendente de Villa del Rosario hacía a este sitio, expresando que “(la falta de participación) creo que es parte por ignorancia o poca visión de futuro. Hace más de diez años que se viene hablando de la fábrica de jugos”. “Y también, pasa que el citricultor está acostumbrado a ser muy individualista y esto del cooperativismo medio como que los asusta. Hay mucho que no lo ven así porque todavía están tranquilos, tienen una economía familiar que les viene bien y hace muchos años que la trabajan y mucho. Pero podrían crecer, y eso no lo están viendo”. Indicó en ese momento.
En este contexto, no han sido pocos los que han entendido y dejado en claro que tener una fábrica no significa que se va a tener una solución para la citricultura. Lo que sí se podrá lograr a través de esta nueva alternativa es que la fruta de mala calidad (de tamaño mas pequeño) tenga una chance en la fábrica y la de buena calidad pueda seguir siendo enviada a los mercados. Lo cierto es que hoy materia prima hay, y se está perdiendo o se está malvendiendo por no tener una posibilidad como una fábrica. Y lo que se está pagando por la fruta de descarte (menor o mayor tamaño que la promedio) a veces alcanza apenas para cubrir el costo de la cosecha.