“Nosotros le recomendamos más que nada a los usuarios que compren elementos que estén certificados y que lean en los paquetes; que a simple vista estén en condiciones y si llegan a detectar que tiene una rotura de envoltorio o las mechas para ignición que estén cortadas representan un riesgo para el usuario”, manifestó el bombero.
“Un elemento de pirotecnia son básicamente elementos explosivos, por más que los creamos indefensos, una esquirla o cualquier astilla que pueda volar y se incrusta en la vista de alguien ya pasa a ser un problema grave”, dijo el bombero. Además recordó que son elementos que tienen pólvora y son peligrosos a la exposición del sol.
No obstante los riesgos que representa la caída de un objeto en un lugar inadecuado, el 90 % de los incendios de pastizales han surgido como consecuencia de limpieza de terrenos con fuego que se han salido de control. “Han devorado verde por todos lados. Yendo para el lado del aeropuerto y toda la zona de la curva de Garamendy van a encontrarse con un panorama desolador”, dijo Bravo.
Por otra parte, la inspección de los lugares habilitados para vender fuegos de artificio corre por cuenta de Inspección General dado que Bomberos Voluntarios desde hace varios años que dejó de hacer esa tarea. “En otros años hemos aportado la forma de poder habilitar un lugar para este tipo de comercialización”, explicó. De todas maneras, Bravo aseguró que la municipalidad respeta las normas que se vienen aplicando desde hace años.
Los puestos de venta deben contar con los siguientes requisitos:
• Las mesas que no deberán tener más de dos metros por ochenta centímetros.
• Con una separación de cinco metros entre mesa y mesa.
• La pirotecnia que se exhiba y se venda debe ser la autorizada por fabricaciones militares.
• No se puede vender a los menores de edad.
• Los puestos deberán contar con extinguidores y baldes con arena.
• Esta prohibido vender en garages
• Únicamente pueden vender en locales autorizados con la factibilidad de bomberos
