De los tanques de los gobiernos de facto de ayer a “los generales multimediáticos” de hoy

“Con mucha capacidad analítica lo que estaba haciendo era analizando esto mismo que se trata de explicar acá y diciendo que aquel orden del terror de la dictadura que derribaban gobiernos que generaban situaciones de beneficio para los grupos económicos más concentrados habían sido reemplazados por estos generales multimediáticos que no conducían tanques pero conducían medios de comunicación”, agregó.
Lázaro señaló que, durante muchos años en la Argentina, pero sobretodo en Estados Unidos y en Europa, había una regla que prohibía que el dueño de un periódico local fuera también el propietario de un canal de TV o de estaciones de radio. En EEUU está vigente desde 1941 y “ni siquiera Bush padre ni Bush hijo hasta ahora pudieron doblegar la resistencia de la organizaciones independientes para permitir que la concentración avance”.
Lázaro aseguró que la ley que impide la concentración mediática apunta a impedir el monopolio de la opinión pública. “Es nefasto para la democracia y para la formación de opinión pública independiente”, indicó. Pero en Argentina, la ley de reforma del estado menemista “fue la llave que permitió iniciar este ciclo de concentración”.
A fines de la última dictadura militar, Héctor Magnetto, Ceo de Clarín, “había intentado pero no había podido convencerlo a Alfonsín quien le negó hasta el último momento no sólo esta cuestión sino que dio marcha atrás con lo que hubiera sido de enormes consecuencias para nosotros en la actualidad: la venta espuria del remanente del 25 % de acciones de papel prensa que tenía el Estado nacional y que (el último dictador del gobierno de facto Reinaldo) Bignone antes de irse del gobierno las remata por $ 2 a favor de Magnetto.
La venta se produjo en el período de la elección del 30 de octubre y la asunción del presidente radical el 10 de diciembre. “Cuando Alfonsín asume, una de las primeras cosas que hace es derogar ese decreto y recupera ese 25 % para el Estado nacional que es el que nos ha permitido ahora apoyarnos dentro de la estructura de la empresa para denunciar las maniobras de complicidad con la dictadura que permitieron, desde el punto de vista económico y del desarrollo de apoyatura política al golpe militar, la adquisición de Papel Prensa por un lado, y también conocer la violación de derechos humanos y la presunción de que estamos en presencia de crímenes de lesa humanidad por las maniobras que se hicieron para la apropiación de víctimas de ese proceso de terrorismo de Estado”.
En consecuencia, el periodista remarcó la presencia de una asociación entre los grupos económicos y la dictadura y lo que será después el neoliberalismo a partir del “innombrable”. Durante el menemismo se celebró un “bochornoso” tratado comercial con EEUU que: “nos obligaba y nos obliga todavía a considerar las inversiones norteamericanas en la Argentina en medios de comunicación como si fueran de capital nacional. Es una manganeta que utilizan muchas empresas que mediante la conformación de sociedades de capitales norteamericanos entran como nacionales en la Argentina”.

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