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En Salto Grande vislumbran un verano con caudales mínimos de agua

Durante 2009, Máscimo acotó que la producción de energía hidroeléctrica estuvo por encima de la media. Pero el panorama comenzó a variar en octubre, un mes en el que se suelen producir muchas precipitaciones, cuando el caudal del río comenzó a descender. “A partir de ahí se viene acentuando el fenómeno de La Niña”, explicó.
Según los pronósticos meteorológicos especializados, las probabilidades de precipitaciones durante el próximo trimestre van a ser muy bajas. “Esto hace que los caudales de aporte al embalse sean bajos. Consecuentemente la producción de energía va a ser reducida”, acotó.
Si bien históricamente diciembre, enero y febrero son meses donde se produce el estiaje (nivel de caudal mínimo que alcanza un río), los valores actuales son inferiores a los promedios históricos por las bajas precipitaciones. “Ahora estamos en los 1500, 1600 m³/segundo. Ese es el aporte medio que está entrando al embalse”, acotó. En cambio, el caudal promedio oscila entre los 2500 y 3000 m³/segundo. “Estaremos en un 50 % aproximadamente de los valores. El embalse se encuentra apenas por encima de los 34 metros, por debajo de los niveles promedio que se ubican en los 35 o 35,50 metros”, señaló.
El año pasado ocurrió el fenómeno inverso. Durante los primeros meses, los valores estuvieron por debajo de la habitual. Pero a partir de noviembre comenzó una crecida que se prolongó durante diciembre mientras que en enero y febrero se produjeron caudales muy altos. “Pero después el fenómeno del Niño fue bajando hasta acentuarse ahora una Niña bien clara”, indicó Máscimo. Además, en el norte de América del Sur se produce el clima es diametralmente opuesto. En Venezuela hay grandes inundaciones y en Colombia el 100 % de las represas hidroeléctricas están con exceso de agua.
El verano es una época de alta demanda de energía por las altas temperaturas. Por lo tanto, el mercado eléctrico requiere más energía que la que genera el río. “Por lo tanto uno tiene que echar mano a la capacidad embalsada”, manifestó el gerente.
Aprovechando los bajos caudales, en CTM realizan el mantenimiento de las máquinas. Durante los meses de verano comienzan a trabajar turbina por turbina hasta fines de marzo. El resto de las máquinas están disponibles. Con la poca agua que ingresa, no necesitan más de dos o tres turbinas pero a la hora pico de demanda (entre las 21 y 22 en verano) se encienden todas.
Por último, el gerente general de la represa se refirió al crecimiento de la demanda debido a la adquisición de aires acondicionados. “La influencia de los equipos de aire acondicionado representaban casi 2000 megavatios. Esto es un poco más que la potencia de Salto Grande”, comparó.
Según informaciones periodísticas, los equipos que se han comprado en el último año requieren en total cerca de 600 megavatios. “Es un poquito más que la central nuclear Embalse. Bienvenido sea porque mejora la calidad de vida de la gente. Hay facilidades y la gente lo compra pero se incrementa la demanda eléctrica”, acotó Máscimo.

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