“Así y todo tenemos toda la gente ocupada y hemos tenido que salir a buscar especialistas en distintas actividades porque hay mucho trabajo, pero habría muchísimos más si tuviéramos posibilidad de utilizar el dique flotante que está en Vías Navegables”, remarcó Quadrelli en diálogo con UNO, mientras recorría los trabajos en el Reyes del Mar I y II.
Es que estos buques, denominados poteros en la jerga náutica, utilizan esta época precisamente para hacer reparaciones integrales en sus estructuras a la espera de la llegada del mes de enero donde comienza una nueva “marea” que lo llevará a los mares del sur argentino a levantar cientos de toneladas de calamares.
En total hay amarrados en el puerto uruguayense ocho buques, dos de mayor magnitud con capacidad de carga de unas 1.000 toneladas, y seis con bodegas de 500 toneladas cada uno.
Estos buques están amarrados en el puerto de Concepción desde agosto a febrero, y todos los años se agregan nuevas embarcaciones que utilizan estas instalaciones para las reparaciones.
La referencia de Quadrelli a la necesidad de utilización de un dique como el que está amarrado hace años en las costas de la dirección de Vías Navegables, está dirigida puntualmente a la negativa que se ha mostrado desde esa repartición a permitir la utilización del equipo que permitiría sacar estos buques y repararlos totalmente.
“Con los barcos fuera del agua podríamos arenarlos completos, reparar todas las instalaciones de ejes de motores y timón que no se pueden hacer con el buque a flote, tendríamos decenas de personas más trabajando, por lo menos el triple de lo que hoy usamos en un solo barco, y por mucho más tiempo, tendríamos actividad prácticamente todo el año”, se lamentó el mecánico naval uruguayense.
Lo que se hace en estos momentos es tareas de reparaciones generales, compuertas de bodegas, recambio de chapas, pisos, motores, pintura, transformadores, instalaciones eléctricas y soldaduras.
“Esto es una gran fuente de trabajo para mucha gente, aún limitados hemos tenido que acudir a muchas casas especialistas donde llevamos adelante reparaciones muy delicadas, sobre todo en la enorme cantidad de motores eléctricos que llevan estos buques”, detalló Quadrelli.
Estos buques están provistos de decenas de grandes y potentes lámparas que se encienden de noche para atraer a los calamares. Todo este equipamiento demanda energía provista por dos gigantescos motores que se suman en la sala de máquinas a los que traccionan el buque.
“Desconozco cuales son las razones por las cuales no dejan que se utilice este dique, está prácticamente ocioso todo el año, no se usa, de vez en cuando suben un remolcador que es del Estado pero eso no puede ser el motivo, porque muchos de ellos se pueden levantar con una pluma común, ningún barco puede estar 12 meses sobre el dique, y durante gran parte del año se lo puede ver vacío, cuando estos poteros perfectamente estarían dando decenas de puestos de trabajo si tuvieran acceso al dique”.
Quadrelli remarca que “los más grandes no pueden usar el dique, pero los otros seis suben perfectamente para trabajar como corresponde, esto es lamentable”, subrayó.
Cristos Trasivulidis es un empresario naviero de origen griego propietario del Grupo Agua Marina dedicado a la pesca de calamares, miembro de la Cámara de Armadores Poteros Argentinos (CAPA), y tiene dos de sus barcos amarrados en los muelles uruguayenses.
“Si se dispusiera del dique que vemos acá al lado, y que no podemos utilizar, cambiaría totalmente el panorama de trabajo en este puerto, como mínimo se triplicarían las fuentes de trabajo, sería el puerto más atractivo para los poteros que son más de 90 buques necesitados imperiosamente de espacio y dique para hacer sus revisiones obligatorias”, remarcó Trasivulidis a UNO.
Cabe señalar que este tipo de embarcación debe ser sometido a una obligatoria salida a dique de forma regular para inspecciones estructurales, y actualmente los pocos diques disponibles están en Tandanor en el puerto de Buenos Aires, y SPI en Mar del Plata, los cuales cuentan con una demanda constante de gran cantidad de trabajos permanentes.
Por esta misma razón, los propietarios de los buques que llegan a Concepción “no entendemos porque no se puede utilizar este dique cuando vemos una muy escasa actividad, podría estar trabajando las 24 horas del día todos los días, ocupando decenas de personas de forma permanente, únicamente con nosotros tendrían muchos meses de trabajo constante, sin contar la cantidad de otros buques que llegarían hasta esta ciudad para hacer trabajos”, se asombra el griego.
El año pasado llegaron los primeros 6 buques de este tipo hasta La Histórica. Este año ya fueron 8 “y el sector está viendo la ciudad con mucha confianza por la tranquilidad y la calidad del trabajo”, afirmó.