Una trabajadora del arándano denuncia haber sido echada con la policía por reclamos laborales

Como no pudieron efectuar la denuncia en la comisaría de Ayuí “luego de estar esperando más de una hora”, se llegaron hasta la departamental de policía de Concordia y, luego de hablar con el subjefe de policía, realizaron una exposición frente al oficial subinspector Héctor José Gamarra y ante Feliciano Villalba de la Dirección de Trabajo local. Tanto ella como su esposo destacaron la buena atención recibida en la policía departamental pero, así como quisieron dejar claramente expresado esto, manifestaron no comprender como los dos agentes de policía de Ayuí (a quienes no identificaron porque no sabían sus nombres), se pueden prestar a una cosa como esta.
Esto es un problema laboral, yo no estaba robando ni haciendo nada indebido, dijo y se preguntó ¿cómo van a llevar a la policía a sacarme y cómo la policía se va a prestar a algo así ?.
La denuncia del accionar policial no es menor se trataría de un caso de amedrentamiento innecesario. El dueño de la empresa se apersonó junto a dos policías uniformados y “delante de ellos y de mis compañeros me manifestó que yo soy una persona ingrata dentro del establecimiento y que me retire de ese lugar”.
Escriva asegura que en ese momento le dijo que ella solo “había reclamado por mis derechos y el tema del transporte que, como terminamos de trabajar en altas horas de la noche, el mismo nos dejaba muy lejos de nuestras casas”.

LA DENUNCIA
La trabajadora asegura que la tarea que desempeñaba en ese establecimiento ubicado en el kilómetro 264 de la Ruta 14, dedicado a la explotación de arándanos, era de “clasificadora” y que por trabajar alrededor de 10 horas diarias percibía un salario de $ 2.000.- mensuales.
En diálogo con este diario, la mujer denunció que su principal reclamo era que en los recibos de sueldo aparecieran los días trabajados efectivamente porque nos daban recibos como si hubiéramos trabajado 10 o 15 días cuando en realidad habíamos trabajado todo el mes. Nos habían dado tres opciones : hacernos figurar el 70 % de los días trabajados y el resto pagarnos en negro o las otras propuestas eran, hacer figurar solo el 50 % o el 30 %. Y la verdad es que para nosotros no era ningún beneficio”, remató la mujer.
Contó asimismo que la empresa había creado una empresa de servicios, que era de ellos y que a través de la misma contrataban gente. En total éramos unos 35 empleados de empaque, la mitad pertenecíamos a la empresa madre y el resto a una mercerizada. Además, contó que la misma empresa contrataba a otras mercerizadas que eran las que todos los días llegaban a las quintas con al menos dos colectivos repletos de gente que trabajaba en la cosecha.
En otras palabras y si nos atenemos a la palabra de la denunciante, la mayoría de los trabajadores de esa empresa son, en realidad, trabajadores de otras empresas, no de ellos.

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