El escenario apocalíptico, que proyectaban figuras como el desplazado presidente del Banco Central Martín Redrado, incluía embargos sobre activos argentinos en el exterior, la desaparición de las reservas y una espiral inflacionaria. Ninguno de esos elementos se presentó en la realidad económica.
“La política de desendeudamiento continuará por el mismo camino. No se cumplieron las catástrofes que anunciaron: dijeron que iba a haber una devaluación, una explosión cambiaria y desequilibrio externo. En cambio, las reservas siguen quebrando records, se desaceleró la fuga de capitales, la inflación no se disparó y la economía crece a un ritmo superior al 9 por ciento”, apuntaron a este diario desde el directorio del Banco Central. Cuando se iniciaron los pagos a través del Fondea en marzo pasado las reservas internacionales alcanzaban los 47.700 millones de dólares. Luego de utilizar más de 6000 millones de dólares, el stock ronda los 53.000 millones de dólares.
Antes de partir rumbo a Corea del Sur, donde participará en la cumbre del G-20, el ministro de Economía, Amado Boudou, confirmó a Página/12 que el Gobierno canceló deuda con reservas por 6147 millones de dólares, el equivalente al 94 por ciento de los fondos del Banco Central que iban a ser utilizados este año. El titular del Palacio de Hacienda resaltó la importancia de esta herramienta en la política de desendeudamiento y precisó que entre marzo y noviembre se utilizaron los 4382 millones de dólares del Fondea (el ciento por ciento de esos recursos) y 1765 millones de las divisas de la autoridad monetaria para el pago a organismos multilaterales. Así, quedan disponibles para ejecutar en el último bimestre del año 422 millones de dólares que corresponden a obligaciones con entidades internacionales como el Banco Mundial y el BID.
“En Argentina hay muchos economistas y analistas que quieren mantener al país de rodillas ante el sistema financiero. Les molesta que tomemos nuestras propias decisiones”, remató el titular de Economía la semana pasada. Las autoridades del Banco Central y en el Poder Ejecutivo consideran que el uso de las reservas para pagar deuda es un mecanismo legitimado y consolidado y rechazan recurrir al mercado financiero internacional para conseguir fondos. Por eso ya anunciaron que utilizarán esa misma herramienta en 2011. El Gobierno incluyó en el proyecto de Presupuesto la posibilidad de destinar hasta 7504 millones de dólares de las reservas de la autoridad monetaria a la cancelación de pasivos externos. Esa cifra corresponde a la totalidad de las obligaciones con acreedores privados el año próximo. La medida volvió a ser cuestionada por la oposición y el establishment financiero local con los mismos argumentos fallidos de comienzos de año. El dictamen de presupuesto del autodenominado Grupo A excluye el uso de reservas para pagar deuda, ya que lo considera “innecesario”, mientras la propuesta de Proyecto Sur cambia el Fondea por un Fondo Nacional de Desarrollo.