La nota prosigue diciendo “ En los últimos casi cuarenta años, la incapacidad de resolver nuestras propias contradicciones, la ferocidad de la última dictadura cívico-militar, la debilidad de gobiernos populares, la deserción de otros de la razón de ser que los llevó al poder, y la agonizante claudicación de los últimos, nos arrastró a un quebranto social y económico que puso a esta Nación como ejemplo del derrumbe.
La subordinación al sistema neoliberal se “llevó puesto” a este país y su pueblo.
Encontrar la voluntad por superar esta trágica encerrona histórica nos ha llevado dos mandatos presidenciales y aún hay saldos pendientes. Pero revertimos el cuesta abajo por el cuesta arriba.
No han sido años sencillos, ni están garantizados por si mismos el sostenimiento de los logros económicos, la recuperación de la soberanía política como nación, ni los profundos avances sociales y de la justicia o el progreso en la distribución más equitativa de los recursos.
El daño a nuestro país fue devastador, y resisten abrazados en alianza grupos económicos que priorizan la abundancia de sus bolsillos por sobre las necesidades de nuestro pueblo, dirigencias políticas que confunden el destino del país con la conveniencia personal, pulpos mediáticos que han mutado su deber de informar por desatar malhumor social, referentes sociales que montan sobre falsedades por temor o mezquindad a reconocer aciertos ajenos o proteger privilegios injustos.
Como médula de esta gran disputa nacional, todos sabemos -unos y otros- que los modelos en pugna, aún sobre lo económico, son de orden socio cultural. Y en esta una puja de largo aliento se ponen a prueba lealtades y deslealtades con la razón de ser del Peronismo.
De la resolución de esta forma de pensarnos, sentirnos y hacer, depende la suerte de los argentinos que vienen. La hegemonía del modelo neoliberal fue hijo predilecto de la dependencia nacional impuesta desde mediados de los setenta. Más de un cuarto de siglo padecimos la dominación de esto. Recién ahora, desde hace tan solo media docena de años, se está logrando ubicar al pensamiento neoliberal en el merecido sillón de su fracaso aunque jamás reconocerá su engaño.
La disputa diaria por todos los medios, sin atenuantes y cada vez más descarnada, está plantada y se dará entre la razón cultural del pensamiento nacional y popular, y el intento dominante de los poderosos gerentes del neoliberalismo.
Los peronistas sabemos de esto. Los inevitables conflictos por la definitiva instauración de la Justicia Social no otorgan los bien pagados honores con que sabe seducir el neoliberalismo. Perón y Evita bien supieron de esto. El odio pintó “Viva el cáncer” contra Evita. Bombas criminales en Plaza de Mayo fueron contra Perón y el pueblo.
Hoy, en esta Argentina que queremos y nos contiene, en esta Entre Ríos que nos motiva, en cada uno de nuestros pueblos donde caminamos, la contradicción principal por ser Nación o Dominados está presente. Es imperioso darle mayor contenido al sistema democrático, así como ofrecerle el respaldo de la organización y movilización popular al proyecto nacional es nuestra obligación militante. No podemos tener descanso en esta misión; cada demora es tiempo perdido. En la capacidad de atender estas urgencias se asientan nuevas realizaciones, y ante la duda se tienta el zarpazo de poderosos y mediocres.
Sabedores de esta imperiosa necesidad, la consigna es clara: nada de proyectos personales, todo por la recuperación de la soñada liberación nacional. Mantener y profundizar el poder y los logros, así como recuperar electoralmente los territorios adversos debe ser nuestra principal tarea militante. El bienestar de nuestros pueblos está inevitablemente asociado al destino nacional. Y la suerte de la Nación no puede regalarse a manos de quienes ya la rifaron.
Tenemos así en claro con quienes podemos cimentar este camino fiel a la historia del Movimiento Nacional Justicialista. Cristina Fernández y Néstor Kirchner han decidido crear vientos a favor de la causa nacional. Será entonces junto a ellos, con las banderas históricas que Evita supo depositar en manos del pueblo, que vendrán nuevas victorias y conquistas como Nación Argentina”.
Firman: Daniel Irigoyen, Juan Carlos Bettanín, Sergio Delcanto, Leticia Angerosa, Mario Rubén Sotera, Pedro Báez, Germán Surraco, Delma Bertolyotti, Emilce Godoy, Julieta Lorenzo, Luis Méndez, Fernando Baffico, Ricardo Delvecchio, Daniel Colazo, Daniel Crespo, Carlos Arellano, Hugo García, Diego Fernández, Mauricio Santa Cruz, Eduardo Brescasín, Javier Villanueva, Raúl Rodríguez, Edelmiro Díaz, Enrique Baffico, Silvio Baffico, Fabricio Carmona, Daniel Korell, Alejandra Quintero, Sara Quiróz, Alison Gil, Laura Requena, Marcelo Ríos, Blanca Imbelloni, Lourdes Almirón, Isabel Arigós, Marcelo Torrano, María Angélica Zárate, Néstor Jesús Lezcano, Rosana Vázquez, Fabricio Gabás, Pablo García, Germán Kratzer, Juan Cerrotti, Juan Vázquez, Azucena Corvalán, Ricardo Fernández, José Antonio Saldaña, Sergio Daniel Medina, Rubén Alcides Nieve, Nilda Núñez, Sonia Vega, Ramona Vani, Patricia Gattini