Los asambleístas aseguran que “el Ministerio de Relaciones Exteriores, comercio Internacional y Culto mediante nota de fecha 25 de Junio nos informó que no ha autorizado el comienzo de las obras al Proyecto de la Obra Avenida Costanera de la Ciudad de Concepción del Uruguay, así como tampoco se tiene conocimiento de que ninguna otra autoridad gubernamental haya procedido de ese modo”. En virtud de esto, alertan que “en nuestra provincia las autoridades realizan acciones tendientes a confundir a la opinión pública para que piense que su construcción es un hecho consumado”.
Y aclaran que “sólo por estos intentos de manipulación es que se llama a formar comisiones que no son vinculantes ni procedentes mientras vencen los plazos que ellas mismos han estipulado para autorizar la realización del proyecto, arman un obrador (en terrenos ilegalmente cedidos por el municipio) para justificar el cobro de más de 15 millones de pesos o hacen declaraciones altisonantes y huecas”.
OBRA NO AUTORIZADA
Ninguna de estas cosas es cierta. Ni la obra es inevitable ni ha comenzado. Y el pretendido Consenso Social no existe. Por ejemplo hace muy poco tiempo más de 1000 vecinos firmaron oponiéndose y solicitando su no realización y la protección de la Isla del Puerto.
Existe un principio legal con rango internacional que determina que no se puede ir regresivamente contra los derechos humanos, sociales y de protección ya establecidos. No se pueden quitar derechos otorgados, menos aún por quienes están obligados a defenderlos. No se puede construir una mega obra sobre un Área Natural Protegida declarada por Ley.
Sucede que la obra es imposible y la contradicción no está en los plazos ni en los permisos o mitigaciones ni en las comisiones. Todo es cortina de humo para disimular la verdad que es la destrucción y la muerte a la biodiversidad que acarrearía.
Desde la Asamblea Ciudadana Ambiental seguimos planteando que nuestro compromiso es con la vida y la seguiremos defendiendo. Que la Isla del Puerto es un lugar invalorable y cada estudio realizado la pone en un lugar más preciado. Que debemos valorarla y conservarla protegiendo su riquísima biodiversidad, disfrutarla (nosotros y las futuras generaciones) como el espacio verde que es y no la urbanización que no corresponde que sea.
Y finalmente que no es tarde para que nuestras autoridades recapaciten y desistan de este proyecto faraónico para así destinar este préstamo a las reales y acuciantes necesidades de nuestra ciudad y sus habitantes.