Las razones que expusieron desde el Centro de Comercio en el Concejo fueron “muy atendibles”. “Tuvimos hasta dos y tres reuniones con los integrantes del Centro. Ellos con todo derecho mantuvieron una postura muy férrea y claramente contraria a la instalación de las grandes superficies. Obviamente es lo que corresponde como institución”, admitió.
Pero, a renglón seguido, explicó que la autorización no salió de una día para el otro. “Hace seis meses que el tema está en el Concejo Deliberante y aquí también escuchamos voces que estaban favorables desde el pequeño comercio que sostienen las posibilidades de comprar más económicamente porque en el hipermercado o en algunos minoristas consiguen mejores precios que en los mayoristas”, indicó.
“Nosotros lo que dimos es la aprobación para que no se abran las calles que imaginariamente deberían trazarse porque tampoco están abiertas pero al construirse algo deberían abrirse. Lo que hizo el Concejo es autorizar la no apertura de estas calles al igual que se ha hecho en otros emprendimientos comerciales”, indicó Giampaolo.
El presidente del Concejo rescató el tratamiento del expediente. “Cada uno de los concejales, aquellos que se oponían y aquellos que estaban a favor tuvieron todas las garantías necesarias como para expresarse”, dijo. De todas formas, recalcó que no es un tema en el que haya “una verdad única” y por lo tanto, hay argumentos a favor y en contra.
Entre las razones contrarias a la autorización, mencionó la afectación económica que pueda generar en el mercado local. “Pero el grado de esa afectación no es fácil de determinar”, indicó. Giampaolo admitió que se habló mucho del impacto ambiental pero “nunca se logró, y hace meses que está en el Concejo, cual podría ser la empresa o la universidad o consultora que realice un estudio de esa magnitud”.
Incluso, recalcó que un requisito fundamental es la objetividad de quien se encargue de la tarea y añadió que es muy difícil el poder alcanzarla. “Si lo hace alguien cercano a los que dicen que no, va a correr el riesgo de que sea llevado para ese lado o a la inversa puede pasar”, explicó. Respecto de los costos hipotéticos del estudio, se preguntó “quien los puede abonar”.
Más adelante, indicó que el problema no sólo afecta al Concejo sino que una situación similar atraviesa la Provincia en referencia a la reglamentación de la Ley Nº 9393 (Ley de Grandes Superficies Comerciales). “Justamente por este tema porque encontrar criterios objetivos para determinar o mensurar la afectación económica que se puede producir es muy difícil”, señaló.
A todo lo anteriormente expuesto, el presidente del Concejo contrapuso las aristas positivas que presenta la radicación de Diarco. “Así como puede haber afectación económica también otros concejales lo decían hoy hay mejoras económicas como son el aumento de mano de obra registrada y la competitividad en los precios”, señaló. “Al haber mayor competencia, va a repercutir porque todos los comerciantes minoristas van a poder comprar de manera más económica”, explicó.
Teniendo en cuenta todo lo reseñado, Giampaolo dijo que a la mayoría de los concejales les pareció que eran mayores los beneficios que los perjuicios. “Argumentaron que el saldo era positivo para la ciudad”, manifestó.
Respecto de lo objetado por Dri acerca de la mayoría especial, dijo que se trataba de una “cuestión técnica interna” que fue zanjada con el tratamiento en el recinto. “Entendieron la mayoría de los concejales, la secretaria que alcanza con la mayoría simple”, manifestó.
Por último, ratificó que la aprobación del Concejo otorgada hoy era el último escollo que faltaba atravesar para que se pueda iniciar la construcción. “Por eso es que se debatió tanto el tema; no fue una decisión tomada a la ligera”, señaló.