Vuelve a instalarse el debate sobre la seguridad de los colectivos de doble piso

Casi una tragedia
El interno 254 de la firma Crucero del Norte transitaba en dirección norte-sur por la ruta nacional 14, en cercanías del puesto de peaje de Colonia Elía, más precisamente a la altura del kilómetro 102, cuando a causa de las fuertes ráfagas de viento cayó pesadamente al costado de la principal arteria del Mercosur. Tras golpear con violencia contra el guardarrail, se desplomó a una alcantarilla desde una altura de cinco metros, cerca del puente sobre el arroyo El Sauce.
El incidente se registró a las 5, a unos 20 kilómetros de Concepción del Uruguay.
El ómnibus había salido de la provincia de Formosa y se dirigía hasta Buenos Aires, por lo que a causa del despiste, 13 personas debieron ser asistidas en nosocomios de La Histórica.
Allí se estableció que tres formoseños habían padecido lesiones y fracturas graves que determinarían estudios más profundos para estabilizar su estado sanitario.
El jefe departamental de Uruguay, Gerardo Lozada, contó a UNO que “pese a existir tres personas con riesgo de vida, esto pudo haber sido una tragedia, habida cuenta de que el rodado con pasajeros estuvo muy cerca de caer sobre una laguna”.
Producto del vuelco resultaron heridos Marcelo Gadea, 63 años, presentando fracturas múltiples de costilla y aplastamiento de pulmón, también Pedro Ayala, de 42 años, con diversas lesiones graves y pérdida de piezas dentarias y por último María Spit, de 62 años, con traumatismo de pelvis, también lesiones de carácter delicado.
Por su parte el chofer del colectivo de pasajeros, Adrián Capitonelli, resultó ileso al igual que su acompañante.

Viejo problema
En los últimos años distintos organismos especializados en seguridad vial, como así también universidades de la Argentina, han coincidido en diagnosticar sobre el peligro de estos ómnibus doble piso.
El más reciente se conoció a mediados de agosto de este año, donde un informe de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) luego de una extensa investigación desalienta su utilización.
La casa de altos estudios, publicó una nota en Infouniversidades donde advierte sobre la construcción y utilización de los colectivos de doble piso. La nota afirma que Argentina es el único país que los sigue utilizando para grandes distancias, cuya inestabilidad es un riesgo tanto para los pasajeros como para los que transitan por las rutas.
Pero el problema se agudiza porque “da la impresión que los pasajeros se inclinan por vehículos monumentales e impactantes, vaya a saber porqué extraña razón”, analizó el director de la investigación, Roberto Tomassiello, ergónomo, consultor en diseño de carrocerías y docente de la UNCuyo.
Según una encuesta de Cesvi Argentina (que agrupa a aseguradoras de transporte) realizadas en la Terminal de Retiro, sobre 100 pasajeros a punto de abordar distintos micros de larga distancia, el 80% manifestó la preferencia de viajar en ómnibus de dos pisos por ser modernos, cómodos y espaciosos, y sólo un 20% puso una sombra de duda respecto a la seguridad de este medio de transporte.
La advertencia de los investigadores se apoya también en que sólo en Argentina estos micros recorren distancias largas. Por el contrario, en Europa se destinan a servicios turísticos en recorridos cortos, y en Latinoamérica no tienen una presencia destacada.
Para Tomassiello, los coches de doble piso son inseguros y vulnerables por su mayor altura (cuatro metros), que los vuelve muy inestables.
“Los vuelcos tienden a decapitar las carrocerías a la altura del antepecho, es decir en la parte baja de las ventanas laterales, explicó a InfoUniversidades el especialista.
En el caso de las unidades de doble piso, ese efecto se produce en la planta superior, haciendo desaparecer virtualmente todo lo que se ubica por encima del nivel citado.
Además, advierte que la altura provoca que se construyan escaleras empinadas con muy poco espacio para desplazarse, que sufren sobre todo embarazadas, ancianos y discapacitados.
Por estas razones, desde la UNCuyo consideran prudente desalentar la construcción de estos micros, “por la seguridad de los pasajeros y también por la de quienes transitan por las rutas del país”, advierten en sus conclusiones. Proponen modificar el diseño de las carrocerías, con una altura máxima no mayor a tres metros y medio, puesto que permite a los pasajeros un acceso fácil sin demasiados escalones internos, y brinda una aceptable capacidad de bauleras bajo el piso. “Debemos tener en claro que los ómnibus no son simultáneamente vehículos para transporte de carga y de personas. O una cosa, o la otra”, dice Tomassiello.
La Asociación Civil Luchemos por la Vida arroja en su página web una estadística interesante: el 21% de los choferes de mediana y larga distancia están implicados en las muertes por inseguridad vial.
La Comisión Nacional de Regulación de Tránsito (CNRT), informó que actualmente el 90% de los vehículos de transporte de pasajeros de media y larga distancia son de piso doble. Esto implica que alrededor de 4.000 unidades móviles son las encargadas de llevar a alrededor de 55 millones de pasajeros por año. Desde el organismo, se dispuso controlar las velocidades con el fin de evitar la desestabilización del vehículo.
Para tratar el tema de la estabilidad es que se dispuso la instalación en todas las unidades de un limitador de velocidad. Esto quiere decir que el micro acelerará hasta los 100 kilómetros por hora y de ahí no se podrá pasar, por más que pisen el pedal a fondo.
Según la Resolución Nº 100/2008 de la CNRT, cada coche de doble piso debe contar con el limitador de velocidad, de un sistema antibloqueo de frenos (son dispositivos que impiden el bloqueo de las ruedas en todos los ejes ABS), un sistema de alarma contra incendios, que les permita detectar de forma temprana cualquier inconveniente, calentamiento o posible incendio en el motor, y un indicador sonoro de marcha atrás.

Fuente: UNO

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