Mara Yohana Paola Torales tenía 14 años y su cuerpo fue descuartizado en varias partes. Lo primero en aparecer fueron las piernas, varios días después del crimen, en la zona del Club Hípico.
Giardino ya había sido condenado a fines de los 80, por haberle dado muerte a una joven estudiante porteña, apuñalándola con un destornillador, en el domicilio de su novio, donde Giardino trabajaba como changarín. Por este crimen, el reo fue condenado a prisión efectiva en la cárcel de Ezeiza, provincia de Buenos Aires, pero logró obtener un permiso de libertad condicional para festejar su cumpleaños y nunca regresó.
Fue entonces cuando Giardino habría tenido contacto con Mara Torales, quien fue llevada desde un pool hasta una habitación de una antigua casona de la calle Hipólito Yrigoyen, donde fue asesinada el 23 de noviembre de 2002.
El acusado, que para ese entonces trabajaba como “carnicero” en un supermercado local y se hacía llamar Carlos Verón, huyó de la ciudad. Fue capturado en Corrientes y puesto a disposición de la Justicia en septiembre de 2007, cuando su rostro fue emitido por los medios nacionales como posible autor de otro cruel homicidio en Buenos Aires.
Este año el detenido intentó suicidarse cortándose las venas en la alcaidía policial de calle Tavella y República del Paraguay de Concordia, donde está alojado a la espera del juicio.
