Dice Argaín en su solicitada : “No voy a parar hasta que Tovar se rectifique de sus mentiras, agravios y calumnias. El Sr. Tovar ha calificado de mafiosos a los médicos de Villaguay en todos los medios locales y provinciales, y me ha acusado públicamente de no hacer nada desde mi cargo legislativo por la salud”.
Esa solicitada de Argaín no hace más que dar cuenta de su convencimiento de que para él, lo principal del conflicto es la interna justicialista llevada a los círculos religiosos y de la salud. Centralmente le reprocha a Tovar que lo mismo que dice ahora de él no lo diga de Fuertes, Giano, el senador departamental, etc. además de difundir un largo listado de su supuesta preocupación por la salud pública y el hospital desde la tarea legislativa.
Argaín, que antes que legislador es médico, parece despreciar el alcance de las palabras de Tovar y su relación con la masiva manifestación de ayer.
De los dichos de Argaín se desprende que pasa por alto que a esa masividad en defensa, del hospital público es imposible no relacionarla con los dichos del cura denunciante.
Es imposible sustraerse de tanta realidad. Es imposible no computar que tanto desde el gobierno provincial como de la iglesia (en la figura de su máxima jerarquía provincial, el arzobispo Mario Maulión) salieran a poner paños fríos, a minimizar el conflicto y a tratar de ponerle un bozal al cura.
A pesar de todo esto, a pesar que la comunidad y el cura debieron sentir toda esa enorme presión encima, los miles y miles de personas que se dieron cita en el abrazo al hospital deben tener un significado mayor que una simple interna partidaria. De eso no da cuanta Argaín en su solicitada y habrá que ver si esa escasa percepción es extensiva a las otras organizaciones e instituciones involucradas.
“El Estado en primer lugar”, como dijo Tovar, debería reflexionar sobre el episodio, pero en especial los médicos de esa ciudad. Ellos, no deberían pasar por alto que, tamaña movilización en un pueblo de calma chicha, sucedió luego que un cura los sindicara como autores de “un comportamiento mafioso”.
ANTECEDENTE INMEDIATO
Un antecedente inmediato a toda esta situación fueron las palabras del Intendente Adrián Fuertes. En declaraciones publicadas en este medio y que luego Argaín contestó, deslizó que seria interesante investigar y divulgar “en que farmacias ha comprado remedios el hospital público, y a quien pertenecen, y si sus dueños son o no funcionarios públicos”. Luego añadió que quizás se vaya dilucidando el misterio si se aplicar un refrán gauchesco que dice “hay que pegarle al chancho para que aparezca el dueño”.