Cabrera señaló que además del barrio “El Silencio” hay numerosos asentamientos en similares condiciones de marginalidad. “Hay entre 10 y 15 asentamientos”. La mayoría de esos asentamientos no tiene ningún tipo de infraestructura”, aseveró Cabrera, quien dijo que el MTL está dispuesto a complementarse con el municipio para asistir a los habitantes. “Nosotros alertábamos de una insuficiencia de la llegada de políticas sociales tanto del gobierno nacional, provincial y municipal. No es un tema caprichoso sino que es lo que hemos visto y lo que vemos a diario”, consignó.
De todas maneras, acotó: “lo que hacemos los movimientos sociales es ir y gestionar. Pero como la gestión la hace el movimiento eso genera celos, bronca, egoísmo”, agregó luego.
Hay varios asentamientos que existen en la zona de Concordia, muy cerca de los boulevares, donde hay viviendas que carecen de lo más elemental. “No tienen donde bañarse ni donde hacer sus necesidades”, indicó.
Además de la falta de infraestructura como servicios de agua, cloaca y luz y espacios de esparcimiento como plazas y campos de deportes, Cabrera remarcó el déficit alimenticio, sanitario y educativo. “Pero cuando vos planteás esta situación de fondo, te plantean que vos querés hacer asistencialismo desde los movimientos sociales”, expresó el coordinador del MTL. Además señaló que las movilizaciones del movimiento piquetero “molestan; generan rispideces”.
Debido a la necesidad ingente de recursos para paliar la situación social, señaló que el municipio de “peinar la ciudad y los barrios más carenciados”. Pero dijo que la administración municipal no “termina de hacer” esa tarea. “Hay buena voluntad pero no termina de hacerlo. Sé que la Cafesg también hace su aporte pero no entiendo por qué no se lleva a cabo”, señaló.
Además, mencionó que la abuela de la beba fallecida tenía 17 chicos a su cargo. “Son familias que no tienen para la leche”. No obstante, señaló que en Acción Social se trabaja con un procedimiento standard. “Es como que hay una medida. Si una familia tiene cuatro o cinco chicos se le da una caja de leche para resolver los problemas una vez por mes y no es el caso”, añadió.
Uno de los problemas más acuciantes es la falta de trabajo. Por ello, el dirigente apuntó a las cooperativas de viviendas porque además de ser una fuente de empleo ayuda a erradicar la madera como material constitutivo de la vivienda. “En la provincia de Buenos Aires se han formalizado una cantidad de cooperativas y la Nación y la provincia se hacen cargo de un sueldo mensual como un sistema de ayuda para que se puedan montar las cooperativas hasta que entre en el sistema laboral y los compañeros pueden empezar a trabajar y a resolver los problemas”, explicó.
Más adelante, el coordinador aseguró que “por suerte el virus de la gripe no entró en los barrios más carenciados”. “Hay que mirarlo con alegría porque si hubiera entrado, se hubiera propagado tan rápidamente que hubiéramos tenido desenlaces fatales muy complicados”, expresó Cabrera.
Al igual que la mayoría de las actividades que se han visto resentidas por la pandemia, el MTL se ha replegado y hace tiempo que no se los ve marchando. “Estamos tratando de organizar carpeta por carpeta de casi 500 compañeros que tienen una problemática social aunque siempre nuestros pedidos caen en saco roto”, explicó.
La mejora de la economía nunca alcanzó a los sectores más postergados
Desde la década del 90, la CTA reclama la asignación universal por hijo. A fines de la década anterior, la desocupación había alcanzado niveles sin precedentes. Tribulatti señaló que antes reclamaban el seguro de empleo y formación para todos los trabajadores y la asignación para sus hijos. “Los derechos de los niños no tienen que ver con que el padre tenga trabajo o no. Sus necesidades tienen que estar cubiertas”, expresó.
“De aquel proyecto hoy uno escucha que hay otros políticos que se adjudican como propios pero los que tienen buena memoria saben que nosotros salimos a recorrer el país en la Marcha contra la Pobreza contándole a la gente que íbamos a presentar ese proyecto”, recordó la titular del CTA.
Lo que vino después es historia conocida: la CTA llegó a reunir 3 millones de firmas, el proyecto fue presentado en 2001 pero por la debacle institucional de fines de ese año dejó relegada a la iniciativa, el ex presidente Eduardo Duhalde creó los planes Jefes de Hogar basándose en la idea pero no fue universal y, a pesar de la inflación el monto de $ 150 nunca varió. Debido a la mejora económica del país, el gobierno comenzó a analizar como ir insertando a los beneficiarios en la economía formal pero, debido al retroceso económico que comenzó a fines del año pasado, resurgió el proyecto como un paracaídas social para amortizar la caída al abismo de la desocupación.
De todas maneras, Tribulatti sostuvo que el mejoramiento de la economía en estos últimos seis años nunca alcanzó a los sectores más postergados. Ahora algunos sondeos ubican a la pobreza rondando al 40 % de la población. “Era natural que esto sucediera dado como están sucediendo las cosas”, expresó.
Casualmente o no, el viernes se cumplió un año del voto “no positivo” a la Resolución N° 125 del vicepresidente Julio Cobos en el Senado de la Nación. “A su vez los productores lo que están reclamando es lo que contenía la 125. Entonces uno se encuentra con estas cuestiones tan contradictorias y no termina de entender”, sostuvo.
La titular de la Central Gremial coincide en que hay que generar riquezas y éstas deben ingresar al país. Y, aunque admitió que se pueden discutir el nivel de retenciones, sostuvo que: “no podemos ir todos en contra de lo que el Estado va proponiendo porque sino ¿desde donde van a salir los recursos para cubrir este tipo de cosas?”.
Además, si se derogan las retenciones “¿a qué sectores estamos favoreciendo?”, se preguntó. “¿A los eternamente favorecidos? ¿Al que no le va tan bien como en otra época pero le va lo suficientemente bien como para tener buenas viviendas, buenos vehículos, buen pasar, enviar a sus hijos a estudiar? Todo lo que quisiera hacer cualquier obrero y no puede”, señaló.
Paralelamente, comparó la forma en que la sociedad percibe los pedidos de ayuda al Estado en épocas de emergencia. Si vienen de los estratos humildes, rápidamente es tachado de “clientelismo” pero si son productores rurales, o empresarios del sector hotelero-gastronómico o de otra rama, tal como sucede ahora “¿eso no se llama clientelismo? ¿Cómo se llama eso?”. “Veamos a qué sectores vamos a favorecer”, indicó.
Más adelante reclamó al Estado que se ocupe de la niñez y de eliminar la indigencia. “Estamos sumergidos en una situación terrible. Tenemos a nuestros chicos drogándose por todos lados, estropeando sus vidas, para ellos no tienen ningún valor con lo que sufren, durmiendo arrumbados en los rincones de un ranchito donde ni siquiera tienen una cama y un colchón donde dormir”, expresó Tribulatti.
Por último, Tribulatti recordó que cuando era concejal propuso destinar el 10 % del presupuesto municipal –aproximadamente $ 13.500.000 en 2009- a la construcción de viviendas de material para comenzar a erradicar las casas precarias de maderas, chapas y cartones. “Yo las he visto en varias oportunidades, son maderas a los costados, todas ahuecadas con un plástico. ¿Un plástico qué puede contener las noches de heladas?”, expresó. Pero el proyecto no prosperó: “poco menos se me rieron en la cara”.