Maximiliano Grosso es uno de los responsables de una institución privada chajariense denominada “El Arte de volver” y que trata de recuperar a personas que padecen de bulimia, anorexia, drogadicción o alcoholismo. Desde el inicio de sus actividades, en junio del 2003, nueve personas que fueron recuperadas de trastornos alimentarios o de la droga.
Consultado sobre si la problemática del consumo de estupefacientes va en crecimiento en una comunidad en Chajarí, Grosso expresó en declaraciones radiales que “si, y es preocupante porque nosotros por ahí sabemos cosas que los chicos cuentan y te das cuenta de que es bastante grave.”.
De hecho, explicó que, de los comentarios de pacientes o gente allegada a su trabajo, muchas veces “nos cuentan que tener en una casa una planta de marihuana es algo que no debe faltar, que es algo normal. Así también que si consumís droga sos un vivo o bien visto por tus pares. Todo esto hace que se arme una cultura de vida enferma”. Asimismo, asintió que la problemática, a nivel local “se esta dando en todos los estratos sociales” y que aún persiste la cultura de “esconder, de tapar el problema” hacia el resto de la sociedad. “A los padres les cuesta reconocer que su hijo consume drogas. Incluso, si los hijos piden ayuda, igual cuesta asimilarlo”, dijo. “Pasa que todos piensan que adicto es, exclusivamente, aquel que esta tirado, echado al abandono”, agregó.
Por otra parte, ante la pregunta de si se advierte en la zona el consumo de drogas “duras”, Grosso indicó que “me han llegado comentarios de médicos de que han aparecido casos de personas con síntomas de una droga como el paco”. De todas formas, resaltó el carácter de no oficial de la información. Y desde la policia local, si bien admitieron que bastante seguido se detectan en operativos personas en posesión de alguna sustancia –porros particularmente-, no han encontrado, a la fecha, evidencias de la presencia del “paco” en la comunidad.
