Al menos ocho escuelas tienen serios problemas edilicios que comprometen el dictado de clases

Sabido es que resulta casi utópico encontrar una escuela a la que no se le llueva un aula, no se la raje una pared, no le funcionen bien los baños u otros problemas. Pero el caso de esta casi decena de establecimientos compromete directamente la seguridad y la confortabilidad que los alumnos deben tener para que la recepción de saberes sea adecuada.
En detalle: la escuela 34 Martín Miguel de Güemes de Chajarí tiene desde el año pasado tres aulas sin terminar, mas otro aula y la biblioteca con rajaduras de un tamaño importante. La escuela 51 de San Jaime posee un salón de usos múltiples que es utilizado como cocina, comedor, dirección, biblioteca y un aula, todo en el mismo lugar. Además el techo de teja está roto desde hace muchos años y el cielorraso está en pésimas condiciones debido a que en él habitan abejas o palomas. La escuela 65 de Paraje Fortuna tiene una instalación eléctrica deficiente y peligrosa.
La escuela 67 Ana McDonald de McNeill de Los Conquistadores tiene un escape de gas en la cocina, sanitarios en mal estado, tanque de agua contaminado, techos rotos y la red eléctrica deficiente. La escuela 33 tiene su jardín de infantes funcionando en un galpón dentro del cual hay un pozo negro y del que se desprenden olores nauseabundos. La escuela 31 “Dominguito” de Chajarí no tenía al 5 de marzo baños de mujeres y de personal docente, ya que estaban clausurados por el pésimo estado en que se encontraban. La Agrotécnica de Chajarí también tenía problemas en los baños de mujeres, en rigor, no tenía los baños de mujeres, cerrados por problemas en la construcción. Y la escuela 64 de Federación también presentaba problemas en los sanitarios.
De acuerdo a dirigentes del gremio, “de todos esos problemas están anoticiadas las autoridades”. Sobre algunos se comenzó a trabajar, pero las refacciones quedaron truncas por diferentes motivos o las que se hicieron fueron deficientes. De otros, aun no se tiene novedad sobre su resolución. Si bien es difícil encontrar una escuela que este 100% en condiciones estructurales para albergar a los estudiantes, el estado de algunas representa una grave preocupación, ya que directamente determina que en esos espacios se puedan dictar o no, con normalidad, los contenidos.

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