La plaqueta “cumplió su ciclo y se quemó”. El presupuesto de lo que cuesta el arreglo fue elevado a la secretaría de Salud en un plazo de 48 a 72 hs. desde que el equipo dejó de funcionar. Elordi explicó que la demora para reparar un tomográfo se produce tanto en la medicina privada como pública porque se trata de un insumo que ronda los US$ 35.000. “Es toda tecnología importada”, acotó.
El director explicó que no es una tarea sencilla reparar en poco tiempo un tomógrafo porque la cifra mencionada no se puede amortizar o pagar en cuotas. “A lo sumo se puede llegar a pagar un 50 % adelantado y un 50 % contra instalación del instrumental”, explicó. Por lo tanto, sostuvo que la demora no puede sorprender “ni en el sector público ni en el sector privado tampoco”.
“Nosotros venimos chequeando a diario con la secretaría de Salud que depende del movimiento de fondos de Economía. No está en nuestras manos y no podemos saber cuando va a haber movimientos de partida de Economía en cuanto a la partida”, explicó. Además, aclaró que todo movimiento contable tiene su demora burocrática. “Por más que uno la pida urgente tiene que haber un pedido la Secretaría hacia Economía de asignación de fondos, esa asignación de fondos vuelve a entrar en secretaría y ahí recién el dinero se deposita”, explicó Elordi.
El instrumento tiene una función importante para diagnóstico aunque se economiza su utilización porque hay otras prácticas previas como placas o ecografías. “El consumo depende de la patología que ingrese: el caso de accidentados, problemas de abdomen, diagnósticos de posibles tumores, etc. Varía porque algunas tomografías son programadas, otras de urgencia”, indicó.
Actualmente desde el Masvernat se derivan a un centro privado a quienes necesiten una tomografía. El costo de la práctica lo soporta el Estado. “Una cosa que tiene que quedar bien clara es que jamás el paciente, por lo menos en mi gestión, tuvo que gastar un peso en nada. No paga ni coseguros, nada de nada”, precisó. La única gestión de cobro son los reintegros a las obras sociales.
En Concordia hay tres tomógrafos en el sector privado, dos de ellos en los sanatorios Concordia y Garat. La contracara es el sector público, el único en toda la costa del Uruguay es el del Mavernat, estimó Elordi. En consecuencia, el nosocomio recibe pacientes de la zona noreste de la provincia y del sur de Corrientes. “El paciente que ingrese de cualquier lado y amerite una tomografía se está haciendo”, indicó.