Virgilio aseguró que exigen lo que corresponde a un paso a nivel que está metros de una escuela. “Por lo menos una barrera o una campanilla que no se trabe”, dijo. Es que no hay ningún obstáculo físico en el cruce que está ubicado a menos de media cuadra de la entrada a la escuela. “A veces los chicos cruzan igual con campanilla y todo. Las bicicletas, las motos, la propia imprudencia de muchos. Los chicos están en contacto con el tren, es el barrio, es parte de su vida. Ellos van por la vía, vuelven a la escuela, por más que le digamos que ese no es el camino”, señaló.
La directora no tiene noción acerca de la velocidad que desarrolla la formación a esa altura. “No sé calcular pero vemos que pasa muy fuerte”, indicó. De todas formas, la directora personalmente entiende que es poco probable que pueda ocurrir un accidente. “Por ahí está en la fantasía de muchos, esta cuestión de que pasa si algo pasa con el tren. Tenemos entendido que descarrilamientos a esta altura no ha habido que yo me haya enterado. Son temores que más que nada tienen que ver con fantasías”, dijo.
No obstante, como antecedente se puede citar lo sucedido el sábado 2 de julio de 2005, se desprendió el boggie de un vagón de una formación de la ALL -concesionario del ex-FFCC Urquiza- que había partido minutos antes de la estación Central. El boggie impactó contra una de las puertas de acceso al club Victoria, ubicado a una cuadra de distancia de la escuela. El vagón, cargado con troncos de árboles, quedó recostado del otro lado de la vía, paralelo a calle Giuliani. La causa del accidente fue que se había cortado el bulón del boggie (eje de cuatro ruedas) por el cansancio del material. Los vagones con los que circula ALL son de 1929.
Virgilio sostuvo que en el lugar del accidente de hace más de tres años, “es cuando agarra del todo la curva y creo que es porque es demasiada la velocidad y no hay un mantenimiento adecuado”.
Simultáneamente, docentes y alumnos perciben algunos sonidos anormales provenientes de las vías. “Sentimos por ahí muchos ruidos en los durmientes más allá del ruido común del tren: como que hay cosas flojas”, expresó. Virgilio se preguntó si se realiza un mantenimiento adecuado. “Los han estado arreglando. No lo hemos visto pero los ruidos dejan de estar y aparecen nuevamente”, expresó.
Por otra parte, Virgilio confirmó que cuando cruza el tren el edificio se estremece. “Nos enteramos todos que pasa el tren, no sólo por el sonido. Hay vibración en la escuela”, indicó. Además, las oscilaciones dejan su secuela en la estructura. “Hay partes que son más nuevas que se ven afectadas por el movimiento de tierra porque se ven rajaduras. No son muy grandes y ya lo hemos charlado con Arquitectura”, aclaró. En cambio, la parte más antigua del establecimiento no se ve afectada.