El olfato de los vecinos puede ser sorprendido a cualquier hora del día. “No podemos precisar porque puede suceder a última hora de la tarde; puede suceder a primera hora de la mañana”, indicó Serfas.
En el verano, se nota más: “porque tenemos puertas y ventanas abiertas”, o cuando están en el patio o la pileta. “La gente te hace el comentario respecto de los olores desagradables”, dijo Serfas quien tiene bungalows en alquiler para turistas. “No es lo mismo estar entre árboles y flores que estar con un olor desagradable”, añadió.
Serfas sostuvo que no ha notado mejorías en absoluto. “Tal vez haya menos olor pero no ha desaparecido definitivamente”, sostuvo. Desde hace cinco años que habita el barrio. “Desde aquel entonces hasta hoy siguen habiendo problemas. Tengo entendido que previo mi venida a la zona hubo quejas y actuaciones de los vecinos”, indicó.
Detrás de la propiedad del vecino, se extiende una calle de tierra angosta que divide el barrio del terreno donde están cavados en la tierra los piletones donde descargan los efluentes de la planta. Serfas dijo que anteriormente recorrió el curso del arroyuelo, y vio residuos en la superficie del agua “blancuzcos, tornasolados, con feo olor, que dan un aspecto bastante desagradable”. Obviamente, aseguró que los residuos “de vertiente natural no son porque no tienen olor o color”.
El vecino aseguró que el problema de los efluentes solo se resolverá cuando haya “voluntad política”. Asimismo, sostuvo que tiene que intervenir “algún ente nacional” y se debe ejercer “presión a los que están haciendo que esto se ponga difícil”.
Otra vecina, propietaria de un comercio de venta de forraje instalado hace seis o siete años, llamada Susana dijo que “antes, cuando cambiaba el viento, sí se sentía el olor, ahora nada a comparación de antes”.
Simultáneamente, dijo que “el olor no se siente tan fuerte como antes”. Para Susana, el olor es ácido, como el citrus. “No era insoportable pero es olor”, dijo. Por lo menos, estaba contenta porque ahora su perro no vuelve después de rondar los piletones “medio verde por el musgo”. “Ahora vuelve más limpio, por lo menos no lo tengo que bañar”, indicó.
Del otro lado de la avenida Presidente Perón vive Malena. Su vivienda se ubica en un sector levemente más alto que el resto del vecindario, y por esa razón el viento lleva el tufo con más asiduidad que al resto de las casas. “Hace unos días que no se siente el olor pero la vez pasada que hizo calorcito se lo sintió. No se lo que han hecho ahí, si han estado trabajando o no pero desde hace un tiempito atrás que no se siente olor”, indicó Malena.
Hace pocas semanas, la temperatura rozó los 30º C en todo el país. En esos días, la vecina volvió a sentir el aroma pestilente “a chiquero, como si hubiese un criadero de chanchos”. Malena no quería adelantarse a lo que sucederá en el próximo verano. “Vamos a esperar a ver que pasa”, expresó.
Si esto se repite, será otro verano inolvidable. “Casi todo el día, incluso a la noche. En verano es horrible. Sentarse acá afuera no se puede porque el olor es fuertísimo”, indicó. Además, indicó que nunca se pudo acostumbrar. “Uno lo siente; salís afuera y lo sentís. Todavía no nos pudimos acostumbrar”, explicó la vecina.
A lo largo de la calle que divide el barrio del terreno donde se ubican las lagunas de decantación de la empresa de jugos se levantan algunas viviendas. Una mujer que tiene su casa frente al predio mencionado, que pidió no ser identificada, dijo que “hace 20 o 30 días que no se siente. Uno lo siente en la mucosa y estos días no se ha sentido nada”.
En otro momento, “los días de humedad como hoy, el olor era nauseabundo”. Y lo describió como: “una cosa muy picante, ácido, feo. No sabíamos si era chiquero o potrero de chancho”. Aunque cerrasen puertas y ventanas, “entraba en la casa”. Y se sentía “a cualquier hora, generalmente a la tardecita y a la noche”.
Por la calle que pasa por detrás del Parque Industrial hay un zanjón paralelo que se une al arroyuelo donde desembocan los efluentes que decantan de la planta de tratamiento del parque industrial. Y por la esquina de la casa de la vecina cruza el zanjón. “Queremos que se entube desde la esquina de la ruta hacia abajo, 100 o 150 metros por el hecho que es un riesgo el tremendo zanjón, y la abertura que hay en la esquina porque ya hubo accidentes y cayeron dos autos”, indicó.
Hilda Racedo, ex presidente de la comisión vecinal de Benito Legerén, aseguró que recorrió el campo donde se ubican los piletones 15 o 20 días antes de que se cumpla el plazo que vencía el 30 de mayo. “Noté que tuvieron intención de plantar árboles pero había nada más que ramitas caídas”, señaló. “Creo que hay que ponerse a trabajar en serio porque las empresas están matando al arroyo Yuquerí”, señaló.
La vecinalista tiene fotos del estado en el que estaban los piletones años anteriores. “Estaba entubado cerca de la ruta, después a cielo abierto una crema amarilla con espuma y globitos que salen y que cae a una pileta. Y eso va al arroyo”, describió.
Por otra parte, Racedo también sostuvo que Benito Legerén es un barrio de más de 5.000 habitantes que todavía “no tiene cloacas y los efluentes van al arroyo”.