Informe Especial : En Concordia cada 12 horas una adolescente es mamá

El lunes pasado, la crónica de este diario, dio cuenta de la muerte de Brian Maximiliano de apenas 9 meses. Otro niño muerto por causas evitables. Otro grito horroroso en la nada. Y otro fracaso.
Cómo interpelarnos socialmente cuando un niño de 9 meses muere por causas evitables, nos afligimos o ya nada nos inmuta como sociedad. ¿Qué ha fallado? para que otra vez ocurra.
Brian vivía con su mamá Malvina Soledad de 18 años y su hermanito de 5 años, en “situación de vulnerabilidad”, de acuerdo al Consejo Provincial del Menor.
Malvina Soledad Balbuena, que a los 12 años estaba gestando su primer hijo, es un producto de la patología social: desidia, irresolución, pobreza, ignorancia y como si eso fuera poco, de la violencia institucional.
Las adolescentes embarazadas son la presa de la hipocresía de una sociedad que no les interesa sus actividades sexuales y después condena su embarazo. Atribuir la culpa y la responsabilidad a los adolescentes, evita que las instituciones del Estado responsables, se pregunten por sus propios compromisos y culpabilidad.

LA LEY
A pesar de que los adolescentes disponen de muy buenos métodos anticonceptivos, hay bajo nivel de asimilación de la información sexual y crecimientos de embarazos entre las adolescentes año tras año. Esto motiva pensar que poco a interesado la aplicación y el seguimiento de la ley 25.673/02 “Salud Sexual y Procreación Responsable”, que se supone surge para garantizar, entre otras cosas, el acceso a la información sobre métodos de anticoncepción, para disminuir la tasa de embarazo no deseado y promover la salud sexual de los adolescentes.

Los derechos sexuales y reproductivos de los adolescentes, que son parte de los derechos humanos y garantizan que los chicos puedan adoptar decisiones para vivir su sexualidad y reproducción libres de discriminación, riesgos, coerciones o violencia, no son acompañados en su real dimensión por el Estado como debe ser. La educación sexual en las escuelas públicas de esta provincia no termina de arrancar. Todavía hay servicios que no proveen la píldora del día después por considerarla abortiva. Todo esto por presiones de muchos sectores de la iglesia católica que siguen predicando que el principal mandamiento no es la comprensión, sino la lucha contra el condón, el aborto y las pastillas del día después.

Datos que deberían preocupar a las autoridades
DIARIOJUNIO en informes anteriores ha reflejando que:
En el 2002, el 17,5% de los nacimientos en el hospital público de Concordia correspondía a madres de entre 13 y 19 años.
En el primer semestre del 2004, sobre 2.290 nacimientos, 701, (31%) corresponde a esa franja de edad.
En el 2005, sobre 2,122 nacimientos, 630 corresponde a adolescentes de 13 a 19 años (29,7%). Lo significativo de esto es que 107 de estas adolescentes (17%), volvieron a ser madres.
En el 2007, de acuerdo al Servicio de Maternidad Hospital Masvernat, sobre 2000 nacimientos, 680 partos corresponde a adolescentes de 13 a 20 años (34%). De estos nacimientos, 41 fueron menores de 15 años, o sea, el 6%.
En la mayoría de los casos existe una clara asociación entre el embarazo temprano en una generación y la edad del embarazo de la siguiente generación. Es detectable que muchas de estas niñas que fueron madres precozmente, resultan se hijas de una mujer que también fue madre adolescente.
Las autoridades deben reparar que el embarazo adolescente es un impacto de considerable magnitud en la vida de las jóvenes, en su salud, y en la de su hijo.
Que 41 niñas menores de 15 años fueran mamá el año pasado en Concordia, muestra el problema que tenemos en salud pública, porque esas niñas, sufren mayores riesgos de morir. Deficiente atención médica durante el embarazo niñas, anemia, desproporción céfalo pélvica, bajo peso del recién nacido (principal problema de la morbimortalidad infantil en nuestra ciudad, 22 %o), son algunas de los problemas que atraviesan las niñas mamá. Reflexionar sobre esta realidad es imperante para las autoridades políticas.

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