El represor es el primer miembro de Gendarmería detenido por el secuestro de un hijo de desaparecidos. Fue uno de los militares entrenados por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Fuerte Gulick en Panamá, donde aprendió estrategias de tortura, represión clandestina y desaparición de personas.
Antes de la dictadura había participado del Operativo Independencia en Tucumán, luego estuvo destinado a la seguridad del Mundial de Fútbol de 1978 y después se desempeñó en la Dirección de Operación e Inteligencia de Gendarmería. Posteriormente cumplió funciones como segundo jefe del Escuadrón de Concepción del Uruguay. Además, fue visto en el centro clandestino de detención que funcionó en Campo de Mayo y está involucrado en la desaparición de directivos del Banco de Hurlingham.
Liliana Fontana y Pedro Sandoval fueron secuestrados 1º de julio de 1977. Ella tenía 20 años, era estudiante de peluquería, había nacido en la ciudad de Viale y estaba embarazada de dos meses y medio; él era oriundo de Nogoyá, tenía 33 años y era albañil. La pareja vivía con Rubén y Chela Fontana, los padres de Liliana, en Caseros, provincia de Buenos Aires. Por testimonios de sobrevivientes se supo que los llevaron al centro clandestino de detención Club Atlético, en Paseo Colón y Garay, y que la joven fue sacada de allí varios meses después para dar a luz.
Alejandro Sandoval recuperó su identidad en septiembre de 2006 y fue el nieto número 84 que encontraron las Abuelas de Plaza de Mayo. La identificación se realizó a través de los restos de ADN hallados en un cepillo de dientes secuestrado en un operativo en la casa del joven y fue el primer caso en el que se logró sin la extracción de sangre.