No obstante, otra versión indicaría que el tema de fondo habría sido una advertencia desde el propio Lauritto, a Fabre, para que los senadores del PJ no emitan un comunicado más cercano al pensamiento de Jorge Busti y los diputados del PJ, instando al diálogo en torno al conflicto del campo, sino que marquen distancia, tal como se había acordado en el urribarrismo. Fabre, quien fuera uno de los principales hombres de confianza de Jorge Busti en los últimos diez años -ya sea como vocero del ex gobernador, como así también en ese mismo rol en tiempos en que el concordiense fue primero senador nacional y luego diputado nacional del PJ entrerriano- se fue del despacho del Senado cerca de las 10 de la mañana, después de mantener una fuerte discusión con el vicegobernador Lauritto, quien a principios de diciembre avaló su designación como funcionario de la Cámara Alta. Al parecer, Lauritto le hizo un reclamo por una cuestión relacionada a una gestión que Fabre debía cumplimentar respecto del Departamento Uruguay, al no estar conforme con la resolución adoptada. «Así no se puede trabajar; hoy mismo me voy; dejo el cargo», habría indicado Fabre, delante de algunos empleados que se vieron sorprendidos con la discusión que tuvieron ambos. Otra versión, también proveniente del riñón del poder político entrerriano, indicó que Fabre se habría molestado con la «directiva» que le habría dado Lauritto -tras hablar largamente con el gobernador Sergio Urribarri, por vía telefónica, quien permanece en Capital Federal-, para que los senadores del PJ no emitan un comunicado en sintonía con sus pares justicialistas de la Cámara de Diputados, instando al diálogo, sino que se mantuvieran prescindentes o con la debida distancia.
El ex vocero -que en la última gestión de Busti fuera titular de la Unidad Ejecutora Provincial (UEP)- saludó a varios de los empleados y funcionarios del Senado, juntó sus cosas y se retiró. No obstante, formalmente, hasta pasadas las 15, no había presentado su dimisión, pese a que se la comunicó al propio Lauritto, como también a varios de sus colaboradores. Incluso, pudo saberse que algunos allegados al propio presidente de la Cámara de Diputados de la provincia estaban intentando hacerlo desistir de la determinación a Fabre.
Pudo saberse también que el mismo camino seguiría la secretaria de la Cámara Alta de la provincia, Mercedes Basso -quien también fuera funcionaria bustista en la anterior gestión-, también en discrepancia con determinadas políticas adoptadas por el vicegobernador.
Fuente: Análisis