El acto comenzó pasadas las 19 en un Teatro ambientado para la ocasión y colmado por los convencionales, sus familias, legisladores nacionales y provinciales, intendentes, funcionarios, miembros del Poder Judicial e invitados especiales. El gobernador arribó a las 19.20 y fue recibido por el vicegobernador, José Lauritto, y por el presidente del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Daniel Carubia.
Tras el ingreso de las banderas de ceremonia -portadas por cadetes de la Escuela de Policía y Dragones de la muerte- y la entonación del Himno Nacional, el mandatario brindó un mensaje que se extendió por aproximadamente diez minutos y que mereció aplausos espontáneos del público en varias oportunidades.
Agradecimiento y pedido
Urribarri destacó “la paciencia puesta de manifiesto por los principales impulsores de esta reforma, particularmente el doctor Jorge Busti, y la buena voluntad de los principales partidos políticos, como el radicalismo, el socialismo y otras fuerzas para acompañarla”, porque “han creado el clima de armonía necesario para discutirla en libertad”.
“La ciudadanía entrerriana les agradece a los principales dirigentes, algunos aquí presentes, este gesto de convivencia y apertura que contribuirá, sin dudas, a legitimar aún más los resultados finales de esta reforma”, apuntó.
Y dirigiéndose luego a los convencionales de Entre Ríos, les advirtió: “Pueden hacer una reforma de manual, un aggiornamiento a las reformas de la Constitución Nacional; o pueden hacer una reforma que contribuya a reforzar la ciudadanía, la soberanía popular, la preeminencia de los intereses de los ciudadanos por sobre los intereses de los gobiernos. Y no estoy hablando de una revolución. Estoy hablando de las normas que la provincia necesita para restablecer sus pisos de calidad institucional de cara a los desafíos de la sociedad moderna”, enfatizó.
Apeló luego al compromiso de los convencionales: “Les pido que vean la provincia de cara a las oportunidades únicas que se le han abierto. Les pido que imaginen la provincia en la que desean que vivan sus hijos o sus nietos. La Constitución del 33 es casi una genialidad. Y nos hubiera ido mucho mejor si hubiéramos seguido fielmente, no sólo su letra, sino su espíritu, su visión”.
“Hagan entonces una reforma con personalidad propia. Profunda. Relevante. Moderna. Motivante. Inspiradora. Esperanzadora. Una constitución con instinto ciudadano, reforzadora de las libertades públicas de los entrerrianos. Una constitución de espíritu integrador del territorio. Sin zonas de nadie, sin ciudadanos librados a su suerte en la zona rural. Una constitución para llevar en el corazón y en el espíritu. Una constitución para cumplir y admirar. Y no para ignorar. Una constitución con obligaciones claras de los gobiernos en relación a los ciudadanos, con derechos claros de los ciudadanos en relación a los gobiernos. Una constitución para el pueblo y no para las bibliotecas. Una constitución que dé libertad a los gobiernos para gestionar y organizarse, pero que amplíe fuertemente el control real de los ciudadanos sobre el gobierno y los poderes constituidos. Una Constitución que fortalezca a la democracia y no al poder. Una constitución que resguarde los sueños de los que han decidido vivir en este lugar del mundo”, los instó.
“Entre Ríos y el país están a las puertas del bicentenario. Entre Ríos debe encontrar entonces las bases de apoyo donde sustentar su relanzamiento hacia la sociedad moderna. Y esa sociedad se basa en la educación de calidad para todos sus ciudadanos, porque es el único camino para ir a una sociedad más justa”, acotó luego.
“Ningún preconcepto debe obstaculizar el desarrollo de las plataformas institucionales estatales y públicas para lograr tal fin. Recuerden que a la sociedad moderna, a la sociedad sin pobres y excluidos por razones de nacimiento se va por el único camino de la educación de calidad”, concluyó.