“Buscamos la integración de la cadena productiva con nuevas inversiones y eficiencia, y esas son las claves de nuestro crecimiento”, indicó Augusto Motta.
El empresario agregó que el crecimiento del sector fue muy importante en los últimos años y ya se superaron las previsiones para 2007.
Así la empresa avícola sumó un nuevo eslabón a la cadena productiva y exportadora que comprende carnes cocidas y congeladas y garras de aves.
El contrato que firmó Calisa es por dos años y consiste en el envío de 10 toneladas mensuales de crestas cuyo peso unitario ronda los 35 gramos. El producto es buscado por la industria farmacológica por su contenido de ácido aleumónico. “El valor por tonelada es de 1.500 dólares. Es un buen negocio, más si se lo compara con el precio acordado con el Gobierno, de 2,80 por kilo de carne”, explicó en declaraciones a El Cronista Comercial.
De este modo se logra una mayor integración de la producción con la venta y procesamiento de todas las parte del animal.
La planta Calisa, de Racedo, faena 700.000 aves por mes, lo que genera una producción de 1,3 millones de toneladas de carne de las cuales 60% se comercializa en el mercado interno y el resto se exporta. Los principales destinos de los productos frescos son la Unión Europea y países africanos.
Por su parte la planta Asado, donde produce carne aviar termoprocesada, tiene una capacidad de producción de 1.000 toneladas por turno que se exportan congelados a distintos países de la Unión Europea, principalmente Francia.
La planta de cocción es la primera de su tipo en Argentina. Fue creada para la exportación de productos de alto valor agregado y está habilitada para elaborar y exportar carne aviar, vacuna y de conejo, según Motta.
