Busti y Urribarri serán los oradores en el acto de reivindicación

Los organizadores aprovecharan para recordar el renunciamiento de Evita a ser vicepresidente de la Nación, junto a Juan Domingo Perón, durante el período 1952-1958. Este hecho tuvo lugar en el Cabildo Abierto del justicialismo, que se realizó el 22 de agosto de 1951 en Avenida 9 de Julio. La concurrencia superó el millón de personas, ante un monumental escenario alzado a la altura del edificio sobresaliente que en aquella época era de Obras Públicas y en la actualidad, de Salud de la Nación. Los manifestantes llegaban desde todos los pueblos y provincias a pedirle a Eva que aceptara el cargo y no vacilaron en permanecer hasta el anochecer aguardando la definición. Evita no aceptó en principio y rogó que no la obligaran a hacer lo que no quería, pero luego de una larga charla con la multitud afirmó: «Como dijo el general Perón, yo haré lo que diga el pueblo».
En la noche del 31 de agosto, a través de la cadena de Radio Nacional, dio su respuesta: “Les quiero comunicar mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores de mi patria quisieron honrarme. Compañeros yo no renuncio a mi puesto de lucha, renuncio a los honores…”.

El fusilamiento de Trelew

También en el acto se recordará la masacre de Trelew, en la que perdieron la vida 16 miembros de Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros.
El 15 de agosto de 1972, 25 presos políticos se fugaron del penal de Rawson, aunque sólo seis lograron llegar a Chile y el resto, al no poder subir al avión, fueron apresados nuevamente, torturados y finalmente 16 de ellos fueron fusilados a las puertas de las celdas en la base Militar de la Marina Almirante Marcos Zar.
Al frustrarse la fuga, los militantes políticos de las organizaciones guerrilleras Montoneros y Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP, convocaron a una conferencia de prensa después de acordar con las autoridades de la base, garantías de supervivencia.
Sin embargo, y pese a los acuerdos alcanzados, después de una semana de torturas, en la madrugada del 22 de agosto, los 19 presos fueron fusilados en las puertas de las celdas en las que estaban recluidos.
Tres presos lograron sobrevivir a las ráfagas de fusiles de los penitenciarios, pero tiempo después fueron secuestrados y desaparecidos durante la dictadura militar de 1976.

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