El senador señaló que “del flagelo de la droga hablamos todos, pero poco sabemos de qué se trata en concreto. La mayor infamia del mundo moderno es el fracaso de la comunidad para impedir que el flagelo vaya ganando cada vez mayor espacio entre los sectores de menores recursos y edad. Hoy el problema ya está instalado en la niñez precarizada, y es la mayor causa del delito, la ruina y la prostitución de adolescentes y jóvenes”. Y consideró que “es el delito que debe ser tomado con criterio de “contención” humana más que de represión carcelaria., porque son los delitos que mayor cantidad de detenidos se amontonan en la aplicación de la ley nacional de estupefacientes”. Más adelante, explicó que “en la medida que se envíen los fondos federales, podríamos iniciar la organización estructural y capacitación de recursos humanos para darnos con tiempo necesario, las condiciones mínimas para aplicar la ley federal. Todas estas cuestiones se solucionan con dinero, tiempo y organización. Y nuestra provincia no cuenta por ahora con ninguno de estos requisitos. Así una aplicación inmediata de la ley federal, implicaría el colapso de nuestra justicia penal y servicio penitenciario y de toda nuestra política criminal, con grave perjuicio en la debida atención de los delitos comunes y sin ningún beneficio en el combate contra el flagelo de la drogadicción, por cuanto nos limitaríamos a llenar nuestras cárceles y comisarías con drogadictos enfermos sin ninguna atención ni contención, en grave desmedro del tiempo, estructura y recursos para la prevención y represión de los delitos comunes”.