Sigue el desmonte en la Selva de Montiel

El transitar de la máquina topadora crea senderos, al tiempo que arrasa con las palmeras y añejos árboles. Además, se conforman montículos de distintos árboles, entre ellos, algarrobo, quebracho blanco y la palma caranday, los que luego, son arrasados por el fuego, incinerándose lo acumulado producto del desmonte, metodología que no deja rastros del daño provocado en el ecosistema natural.
Las máquinas han cumplido con el cometido; la roturación de suelo está terminada. Sólo resta que el cultivo arroje sus dividendos.
Una vez más, la tierra, devastada por el hombre, resulta un peligro latente para la conservación del hábitat natural, afectando la fauna que todavía resiste el embate de los depredadores.
La Selva de Montiel, es un monte nativo cubierto de ejemplares de la palmera yatay y palma caranday, como asimismo, un hábitat natural de carpinchos, virachos, zorros, ñandúes y distintas especies de aves.

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