A la altura del kilómetro 182,500 –a unos 5 mil metros de la entrada a Médanos-, cuando por el lugar circulaba en dirección oeste-este un automóvil Fiat Siena, color azul, dominio BML 858, imprevistamente apareció un caballo sobre la cinta asfáltica.
El conductor del coche era Gerardo Ezequiel Reynoso, de 39 años de edad, quien nada pudo hacer para evitar embestir al animal, ante lo sorpresivo de la irrupción de éste sobre el camino.
El caballo fue impactado con gran violencia, golpeando contra el capot del Siena y destrozando el parabrisas con sus patas, que golpearon a los ocupantes de las plazas delanteras.
El automóvil, totalmente descontrolado y destrozado, recién se detuvo sobre la ruta a unos 150 metros de donde golpeó y dejó muerto al animal, mientras que en el interior del habitáculo quedaron atrapados los ocupantes del rodado.
Junto a Reynoso, que sufrió terribles lesiones que le provocaron la muerte en el acto, también viajaban su esposa María Patricia Romero, de 32 años, y sus hijos Ezequiel Horacio, de 15 años, y Lautaro, de 10 años de edad.
Por los golpes provocados por el animal, también la señora resultó con gravísimas lesiones en cabeza y tórax, que produjeron su deceso poco después, cuando era trasladada hacia el Hospital “San Antonio” de Gualeguay.
Los chicos, en tanto, sufrieron contusiones leves, ya que no fueron alcanzados por las extremidades del caballo y solamente resultaron golpeados por la propia estructura del vehículo.
El infortunado matrimonio y sus hijos viajaban desde Gualeguay, donde se domiciliaban, hacia Buenos Aires, y lo hacían por una ruta en condiciones aceptables y en una noche en el que no había niebla que dificultara la visibilidad.
En el lugar del accidente trabajaron efectivos de la Policía del departamento Islas, del Hospital “Eva Duarte” de Ceibas y una dotación de los Bomberos Voluntarios de esa localidad isleña, quienes tuvieron a su cargo el rescate del cuerpo herido de la señora, que había quedado atrapado dentro del Siena, al igual que los chicos, que fueron asistidos en el mismo sitio de la tragedia y luego entregados a sus familiares de Gualeguay.
