Según indicó Gallo, el patovica estaba en estado de ebriedad: “y justo le toca a mi hijo, de los seis que venían caminando. Eligieron uno para pegarles. Mientras los contenían a los otros, comenzó a golpearlo sin pedirles explicaciones. Se salvo de una mayor golpiza porque venía un auto por Pellegrini y le gritó mi hijo, que estaba abajo del patovica y le apretaba el cuello, pararon unas chicas, le empezaron a gritar y ahí lo dejó”.
Minutos más tarde, el abogado lo encontró al patovica en un local de Pellegrini y Catamarca. “Le pregunté si no se sentía arrepentido de haber golpeado a un chiquilín, sin cuerpo que no está acostumbrado a pelear. Me dijo que no, que la costumbre de el es golpear. Le dije que haga un tratamiento psiquiátrico porque estaba enfermo, y me dijo que no le hacía caso ni a la Policía ni a los abogados. Una impunidad total”, remarcó.
El letrado hizo la denuncia y el menor fue revisado por el médico policial. “Tiene una lesión en la espalda que le va a llevar varios días curarla. Eso tiene que haber sido cuando lo golpeó en el asfalto. Tiene golpes en las rodillas, en la cara y una en un hombro, dice que le duele mucho el derecho”, explico.
Gallo señaló que no lo conoce ni lo había visto en ninguna oportunidad. “Decía llamarse González pero me parece que estaba mintiendo”. La fiesta se realizó en calle Pellegrini, cerca de una cancha de paddle. “Ahora me voy a ir a la casa para que me digan a quien contrataron. Tiene responsabilidad el dueño de la casa, tiene responsabilidad contractual porque cobraba la entrada. Por defensa del consumidor tenés responsabilidad”, sostuvo.
“Según la Policía, están armados; no les importa nada”, indicó. Gallo tiene entendido que concurre a un gimnasio para realizar físico culturismo. A pesar de haber realizado la denuncia en la Jefatura sin demoras, el patovica “se fue caminado por Catamarca, sin que nadie lo detenga. Que impunidad”, remarcó nuevamente.
