En efecto, “Norma”, -como es conocida la mujer- suele ingresar junto a uno o mas de sus hijos menores de edad a cualquier local comercial de la ciudad en horarios pico. Allí distrae con preguntas o requerimientos a los empleados o dueños del negocio para que mientras tanto alguno de los chicos esconda mercadería entre sus ropas. La mujer es harto conocida en el ambiente comercial de la ciudad, ya que se cuentan por decenas los que han tenido su “visita”. Incluso en algunos casos –al ser descubierta por los empleados de alguna tienda- se han producido persecuciones en medio de la calle en pro de su intercepción.
El sábado, con una maniobra similar a la descripta, aprovechó la distracción de la dueña de la agencia para –junto a uno de sus hijos- robarse la cartera con la jugosa suma. La policía hizo posteriormente un allanamiento en su domicilio, pero no dio con el botín especificado por la denunciante, quien la había identificado fácilmente. Algo similar ocurrió otras tantas veces, cuando el personal policial debió acudir en socorro de los comercios ante el embate de la mujer, pero ella se desprendía rápidamente de la evidencia, lo cual ha impedido –entre otros factores- que la Justicia pueda hacer algo al respecto. La mujer era la madre de la joven Soledad Rodríguez, fallecida por un caso de “gatillo fácil” policial hace dos años.
Todos estos datos no son una cosa menor, ya que muchos comerciantes han manifestado su preocupación porque se sigue repitiendo. Además, con el agravante que desde hace años utiliza a sus propios hijos como secuaces en cada nuevo ilícito.
