En Rácing Club continuaban llegando con sus mobiliarios y ropas damnificados de la zona norte de la ciudad y un grupo de Boys Scout había colocado cartón prensado sobre el piso de la cancha del Estadio Antonio Giusto para recibir a nuevos evacuados. Otros evacuados encontraron un lugar en sede de los clubes Pueblo Nuevo y Black River; también si fuera necesario se encontraban en condiciones de recibir otros centros de evacuación en sede del club Independiente y en la Escuela Normal y el Colegio Luis Clavarino.
Solamente en los centros donde operaban mayormente los integrantes de Defensa Civil y funcionarios de gobierno (Corsódromo, Defensores, Juventud Unida y Rácing) superaban los 500 damnificados por la crecida del río.
Muchos evacuados salieron por sus propios medios, otros esperaron la ayuda y pudieron retirar gran parte de sus pertenencias. Los primeros evacuados que fueron atendidos en los Galpones del Puerto debieron ser trasladados entre el viernes y el sábado a los centros preparados al efecto.
El tiempo se mantiene inestable y con probabilidad de lloviznas y de lluvias durante todo el fin de semana; en cambio, la situación hidrológica era favorable anoche, ya que el descenso de las aguas era pronunciado en los afluentes del río Gualeguaychú, sobre todo en el Arroyo Gualeyán. Esta inundación no esperada y obviamente no deseada superó ayer los cinco metros y tendía a estabilizarse por la noche.
Defensa Civil se manejó con criterio y tiempo suficiente para organizar tareas ante cualquier siniestro; pero muchos optaron por quedarse en sus viviendas a pesar de tener el agua prácticamente en sus puertas. Algunos de ellos se decidieron ayer de tarde a salir y otros se resistieron a hacerlo.
Defensa Civil cuenta con equipos y recursos humanos de Vialidad Provincial, de la Municipalidad, del Ejército, de Policía de Entre Ríos, de Gendarmería, de Prefectura Naval, de Bomberos Voluntarios, personal de Salud Pública, asistentes sociales de nación, provincia y municipio y muchos vecinos que también apoyaron con sus vehículos.
Pañales, ropas, colchones, bolsas de residuos y alimentos (leche) eran las demandas más urgentes desde los centros de evacuación. El Ejército elabora las raciones en sus cocinas y se las entrega a cada una de las familias.
Testimonios
Rosana Castillo, con sus hijos y familiares directos, tiene su vivienda en Boulevard Montana y Soldado Mosto. “Con el agua a la cintura pudimos salir hoy, nadie nos iba a buscar y salimos solos como pudimos. Sacamos la ropa que pudimos, se nos mojaron los colchones, pero mi marido ( sordomudo) junto a mi padre y otros vecinos se quedaron a cuidar las pocas cosas que nos quedaron. Lamentablemente, perdimos los muebles, aunque estamos todos juntos y aquí nos atienden muy bien”.
Patricia Rocío Cepeda nos comentó su experiencia: “salimos porque el agua ya estaba adentro de la vivienda. Somos cuatro. Mi casa es de bloque blanco, parecía que estuviéramos a la intemperie. Entre todos los vecinos nos ayudamos y pudimos salir con las pertenencias elementales”.