Según Leissa “no hay lugar para las dudas, ni para los matices” y siendo un tema trascendente que nos desborda “exige una cohesión indestructible que por encima de las distintas visiones personales o sectoriales coloque la defensa a Gualeguaychú, en vistas a ofrecer una resistencia monolítica frente a una agresión como la que estamos sufriendo y que compromete seriamente nuestro futuro por muchos años”.
Además, señaló que “aún ante las noticias desalentadoras, lo que hay que hacer es no resignarse y continuar con la movilización promovida por la Asamblea; tendiendo a masificar aún más la lucha en Gualeguaychú, rediseñando una estrategia en la cual se incluyan desde el poder público municipal y provincial y el resto de la sociedad civil. Tienen que estar la Cámara de la Industria, el Centro Comercial, la Corporación del Desarrollo, los distintos gremios. En síntesis, todos los sectores, para garantizar una lucha que ya se avizora que será larga y solamente puede mantenerse con el apoyo de todos”.
“Si tenemos razón, si está violado el Estatuto del Río Uruguay, hagamos una apuesta a que esa razón suficientemente expuesta va a ser comprendida más tarde o más temprano. Transmitir a los demás actores de la sociedad los derechos vulnerados y evitar el aislamiento generan o contradicciones inútiles cuando el objetivo es uno solo: no a las papeleras”, remarcó.
Asimismo, agregó que “podremos tener discrepancias secundarias frente a quienes especulen o no adviertan la gravedad del problema. Pero lo que no podemos es despreciar ningún esfuerzo de algo que como involucra a todos necesariamente debe movilizar a todos. El lema hoy –dentro del paraguas del no a las papeleras- debe ser: no a la resignación y no a la irresponsabilidad. Entre esos extremos hay muchas opciones que aún se pueden transitar desde el campo de la movilización social, la resistencia pacífica frente a una agresión ilegítima . Aún cuando el corte se vuelva indispensable no podemos cometer el error de creer que esa es la única herramienta cuando debemos utilizarla con inteligencia y sin que aparezca como un fin en si mismo”.
Leissa repitió que “debemos convocar a todos los credos y religiones. Desde Monseñor Lozano por el ascendiente moral y espiritual que ejerce sobre amplios sectores de la población que se reputa católica, hasta aquellos que pertenecen a otros credos y militancias religiosas. Hay que convocar a la unidad y hallar los ejes comunes que nos sintetizan. Y bajo ningún punto de vista hay que aislarse. Por convicción o por necesidad desde el Presidente hasta el mas indiferente de los argentinos debe comprender y solidarizarse activamente con nuestra lucha”.
El candidato por la Concertación remarcó que “si estamos frente a un conflicto económico, donde la política pasa a un segundo plano; donde el poder de Botnia supera a la soberanía del Uruguay, debemos utilizar nuestras propios elementos de presión partiendo de la base de identificar que comerciamos con el Uruguay y hacerles sentir la dependencia que ellos tienen en el comercio bilateral. Por ejemplo, si le suministramos energía eléctrica, gas, entre otras cosas, tenemos que expresarles nuestra voluntad de rediscutir esos suministros viendo de que manera los sectores involucrados –concretamente quienes exportan desde el sector privado- no vean comprometidos sus intereses.
Por último, Leissa destacó la necesidad de convocar “al Presidente y al Gobernador para acordar criterios comunes. Además, tenemos que plantear con crudeza un virtual boicot o recomendación a los argentinos para que no veraneen en el Uruguay porque nos arremete y viola los tratados internacionales; y sobre todas las cosas mantenernos en pie, movilizados, pacíficamente, resistiendo. Ese es nuestro objetivo. Si Gandhi pudo con el imperio Británico, como nosotros no vamos a garantizar una resistencia permanente, proporcional, pacífica y generosa que nosotros nos merecemos y nuestros hijos nos demandan”.
