Mover detalló que ante el planteo de los productores, quienes no superarían siquiera los gastos, “Moreno nos respondió que no conocía los costos que teníamos y por eso nos pidió que le acercáramos los valores de producción para ver si los precios eran los aconsejables o había que modificarlos”, relató.
“Nos queda seguir gestionando y viendo de qué manera podemos coordinar todo esto para no ser perjudicados con esta medida”, explicó. Al mismo tiempo, agregó que de haber un precio máximo debe ser aplicado de forma general: “para los insumos que necesitamos y para la producción, porque si no, no habría relación para poder continuar produciendo. Espero que con esta medida el Estado no perjudique a un sector como la citricultura que es uno de los más importantes que tiene Entre Ríos”.
Según Mover, en este momento desde el sector se está elaborando el costo de producción que requirió el Gobierno y una vez calculado se volverán a reunir con Moreno para continuar la gestión. “Si el precio tope no es suficiente como para que tengamos una buena rentabilidad para contrarrestar lo que perdimos, será bastante difícil la situación. Pero ya estamos acostumbrados a resignar cosas, pero no me parece que sea lo correcto”.
En este sentido, manifestó que apelará a “la cordura de la Secretaría de Comercio para que no dejemos de existir”.
Por último, Mover expresó que los citrícolas están vendiendo los que restó de las últimas cosechas luego de soportar las inclemencias del tiempo: “tuvimos grandes sequías, después algunas lluvias que menguaron un poco. En julio tuvimos heladas muy fuertes donde volvimos a perder una importante cantidad de fruta”.
