Max Neef que se presentará esta noche y mañana para disertar sobre el “Desarrollo a Escala Humana” concedió una entrevista a LT 15 en la que confesó que no le simpatiza demasiado el panorama global. “Soy bastante pesimista, respecto de lo que va a ocurrir pero la cuestión es que hay que entender la diferencia entre un optimista y pesimista, aunque parezca lo opuesto es bastante parecido. El optimista no hace nada porque las cosas van a mejorar; y el pesimista no hace nada porque no hay nada que hacer”, expresó. Asimismo se calificó como “un pesimista activo, porque pienso que si tengo claro cuál es la enfermedad, puedo ejercer acción para superarla, es decir, ningún alcohólico se cura mientras no reconozca que es alcohólico”, graficó.
Viejas dicotomías
“Hoy en día ser de derecha o de izquierda es cada vez más confuso, yo creo que ya deberíamos empezar a funcionar con otras categorías”, propuso Manfred Max Neef. “Antes era bastante más claro, pero hoy es una mezcla rara porque usted tiene presuntamente gobiernos de izquierda que llevan adelante un modelo absolutamente neoliberal. Entonces ¿qué clase de coherencia tienen eso?”, se preguntó. En este sentido agregó que lo que está ocurriendo en América Latina, “es que hay gobiernos que tienen más o menos preocupación por mejorar auténticamente la calidad de vida de las personas y creo que eso es lo fundamental”.
La desmitificación de Chávez
Max Neef expresó que la gente usa mucho el ejemplo de Chávez , “que a veces es simpático oír cuando despotrica contra Estados Unidos, sobre todo en este momento que casi toda la humanidad tiene un gran repudio a la política de Bush, pero hay que entender que lo que hace Chávez, de ninguna manera es replicable en ninguna parte, todo lo que hace tanto económicamente como sus manifestaciones exteriores, es un lujo que se puede dar porque tiene toda la plata del mundo”. Y ejemplificó que si Chávez fuera presidente de Paraguay “usted cree que podría tener la misma trayectoria? el mismo comportamiento? Ciertamente no. Entonces cada cosa hay que ponerla en su contexto”, aclaró.
El caso del PT de Brasil
“Es interesante lo que ocurrió en Brasil –ejemplificó-, pero ahí también tiene en cuenta que cuando llega un partido de los trabajadores al poder finalmente resulta que ese partido genera una tremenda corrupción pero afortunadamente no lo tocó al presidente Lula, pero son cosas tremendamente decepcionantes, porque usted diría ‘bueno ahora que llegaron los del partido trabajador van a dar un ejemplo de responsabilidad social’ y resulta que ganan los mismos vicios. Por eso digo que de izquierda o no, ya carece de sentido”, reiteró.
La Economía Descalza
Refiriéndose a la Economía Descalza, y la experiencia que ganó con ella, explicó que sólo describe en formas metafóricas, pero que además le han sucedido casos reales en muchas oportunidades, y detalló “aquí yo soy un economista con grandes antecedentes, buen alumno de la universidad, respetable, entonces meto los pies en el barro, ni bien meto los pies en el barro frente a mi está José, un hombre flaco, con hambre, sin trabajo, 5 hijos, mujer y una abuela que mantener; y yo lo miré a los ojos y me pregunté:¿qué le digo?. Ahí me di cuenta que en ese ambiente tengo que crear otro lenguaje que tenga sentido, y ese lenguaje te lleva a otra economía que tenga sentido para esa persona. Esa fue mi experiencia, de ahí surgió la economía descalza y es la economía que un economista debe practicar si realmente decide meter los pies en el barro”, declaró.
El premio Nóbel: “una brutal responsabilidad”
Consultado sobre que significó haber sido el Nóbel alternativo, Max Neef respondió: “significó par mi muchos aspectos que le cambian a la vida, porque súbitamente eso dio una enorme posibilidad de que, por ejemplo, yo estuviera aquí, porque un proceso como ese, es la posibilidad de difusión masiva de lo que uno ha hecho, y eso me puso en un mapa mundial, por un lado, y por otro es una brutal responsabilidad, porque de alguna manera uno tiene que seguir mereciéndoselo cada día”, concluyó.
